El Museo Urbano de Arte Urbana (MUAU) nació con la voluntad de acercar a la ciudad las últimas tendencias y a algunas de las principales figuras de la creación plástica más arriesgada del momento, la que combina las últimas tendencias del arte contemporáneo con el grafiti. Una de las representantes de este medio de expresión a nivel mundial es la surafricana Faith47 —quien, pese a actuar a cara descubierta, al contrario que otros grafiteros que participaron en el MUAU, no quiere revelar su verdadero nombre—, que pintará un muro situado en la calle Petunias, en el Barrio de las Flores. La artista trabajará en su obra públicamente hasta el próximo sábado.

El mural de la artista surafricana, que sustituirá al ya existente en la pared, realizado por la asociación de vecinos del barrio hace más de veinte años, cumplirá dos objetivos: rehabilitar un espacio de una zona tan singular y que sea una mujer, cuyo arte es reconocido en todo el mundo, la que efectúe esta obra.

La concejal de Igualdad, Margarida Vázquez, presentó ayer la iniciativa junto a la pintora, en el lugar donde se ubicará. "Este es un barrio singular, que está deteriorado por falta de mantenimiento —opinó Vázquez—, y resulta muy interesante utilizar el arte urbano como elemento de regeneración y cohesión social". La concejal concluyó su presentación expresando su respeto por los grafiteros, a los que consideró herederos del muralismo clásico.

Faith47, que llegó a la ciudad el domingo procedente de su Ciudad del Cabo natal, se mostró encantada con el proyecto, en el que reproducirá una obra que ya había realizado con anterioridad en una galería: "El mural tratará temas espirituales, como la fe y el destino. Cosas como esas, y también conceptos ligados a las relaciones". Como artista urbana, pese a que también ha realizado obra en formatos más convencionales, Faith47 se encuentra particularmente cómoda trabajando en espacios habitados, en los que la gente desarrolla su vida cotidiana: "Trabajar en los muros de las ciudades, en zonas habitadas, es una inspiración. Aún no he visitado todo el barrio, pero me gusta la idea de pintar en zonas donde hay edificios altos, porque es una forma de hacer más agradable la vida de los que los habitan".

La pintora surafricana reconoce como inspiración el arte urbano de su país natal, donde es una disciplina con gran tradición, y admite el peso que tiene el compromiso social en su trabajo: "Desde muy pequeña me ha interesado, es cierto. Pero no enfoco mi obra sólo en esa dirección, porque la haría muy densa, y sin nada de inocencia".