La existencia de variantes dialectales es un fenómeno lingüístico habitual, que por algún extraño motivo, ha afectado con una especial virulencia a la ciudad, en la que raro es el habitante al que no le hayan puesto cara rara cuando se le ocurre pedir una garimba en un bar situado más allá de O Burgo.

Esta particular jerga, que desde hace décadas se ha ido fraguando en los barrios de la ciudad, recibe el nombre genérico de koruño, y, pese a la proliferación en internet de glosarios, normas gramaticales e incluso enciclopedias sobre su uso, nunca había dado el paso a la pantalla. Hasta ahora.

Hace unos días hicieron su aparición en Facebook unos vídeos en los que una serie de personajes, con un sorprendente parecido con conocidos cómicos coruñeses como Isabel Risco y David Perdomo, explicaban el origen y desarrollo del koruño así como una firme voluntad de conservarlo como un bien cultural propio. Casi como otro patrimonio de la humanidad. En una de las piezas, que se presentan bajo el epígrafe común de Koruño, legado de Hércules, aparece incluso un venerable filólogo, que afirma ser académico de la RAK -Real Academia de Koruño- y que asegura que el siguiente objetivo de su institución será lograr que el Parlamento Europeo "chane koruño a dolor".

Y así, entre profesoras de pasantía que ilustran a sus cada vez más numerosos alumnos sobre los secretos de este idioma, y malotes que glosan sobre el origen histórico del koruño desde el barrio de Labañou a base de palabras malsonantes y gestos gruesos, el perfil de Facebook del que provienen todos estos testimonios, Koruño legado de Hércules, desvela que los vídeos formarán parte de un documental, que se estrenará el próximo mes de julio entre una gran expectación por parte de las más de 2.000 personas que ya se han adscrito al perfil.

Las grandes semejanzas físicas de los entrevistados con algunos reputados hacen que planee sobre Koruño, legado de Hércules el fantasma del falso documental, un género en boga gracias a Sacha Baron Cohen, creador de Borat, y que clava sus orígenes en This is Spinal Tap, de Rob Reiner. El divertido hermetismo de la producción sólo permite saber que está dirigida por Daniel López, que las labores de producción corren a cargo de Erica Esmorís, y que han colaborado el programa municipal Socialcine y Mandeo Records.