La pérdida de casi 1.000 habitantes de la ciudad por el mayor número de defunciones que nacimientos es uno de los factores que explica la caída de la población coruñesa el año pasado, que fue de 2.204 personas. Frente a este descenso, los municipios del área metropolitana integrados en el Consorcio das Mariñas aumentaron en 7.538 su número de habitantes, a lo que contribuyó no sólo el asentamiento de personas procedentes de otras localidades -incluida la capital provincial-, sino el mayor dinamismo demográfico de su población, que alcanza ya las 161.094 personas.

Si la ciudad disminuyó en 931 sus habitantes el año pasado a causa del saldo negativo del movimiento natural de su población, en el área metropolitana este fenómeno generó un aumento de 401 personas, aunque todas ellas concentradas en los cinco municipios más dinámicos tanto en su demografía como en su actividad económica.

Culleredo fue la localidad en la que los nacimientos crecieron más en relación con las muertes, ya que su diferencia fue positiva en 174 personas, mientras que en Arteixo se alcanzaron las 159 y en Cambre 113. A mayor distancia, pero todavía en positivo, se situaron Oleiros con 49 habitantes más y Sada con 31. En el lado negativo aparecen Carral, con una pérdida de 3 residentes, Abegondo con 49, Bergondo con 40 y Betanzos con 33.

Al mejor comportamiento de su población, estos municipios suman el mayor atractivo de su parque de viviendas para las personas que proceden de otras localidades gallegas o españolas, así como para los inmigrantes, ya que los precios de los pisos en A Coruña desalientan a quienes tratan de instalarse en la ciudad.

Estos condicionantes permitieron que Arteixo ganara 2.000 habitantes en 2009 sobre el año anterior, mientras que Oleiros lo hizo en 1.800 personas y Culleredo en 1.500, mientras que el crecimiento en Cambre fue más modesto y se quedó en las 700 personas.

En 2007, la capital de la provincia registró un incremento de población de casi 4.000 personas, el mayor de toda la década y que hizo concebir esperanzas de que se modificase la tendencia que se apreciaba a lo largo de los últimos años, en los que los aumentos del número de habitantes fueron mínimos, a excepción de 2002, cuando llegó a los 3.000.

El fuerte crecimiento de hace tres años ocurrió en la antesala de la crisis económica, por lo que es previsible que al descenso experimentado en 2009 le sigan otros en los próximos ejercicios. Lo notable es que ni siquiera en los mejores momentos de la economía nacional la población coruñesa salió de su estancamiento, situación que puede explicarse por el hecho de que la actividad económica se sustentaba en el negocio inmobiliario y que los precios de la vivienda se disparaban cada año en la ciudad.

Los inmigrantes son el grupo de población que ha tenido una mayor responsabilidad en la revitalización demográfica de España en los últimos años, no sólo por la llegada de personas jóvenes, sino porque su fecundidad -el número de hijos que tiene cada mujer- es muy superior al de los españoles. Ese efecto se hizo notar en A Coruña y los municipios de su entorno en los últimos años pero la crisis lo ha frenado de un modo radical, puesto que los fuertes crecimientos en la entrada de inmigrantes, que llegaron a situarse en el 20% anual, se redujeron al 7% en el año 2009.

Al fenómeno de la caída de inmigración no sólo contribuyó el desánimo de los aún residentes en sus propios países, que desistieron de desplazarse ante el descenso en las oportunidades de trabajo, sino la propia política del Gobierno central, que incentivó con ayudas el retorno voluntario de los trabajadores extranjeros.

Esa disminución continuará este año con toda seguridad, lo que perjudicará a la demografía coruñesa, en la que la llegada de personas foráneas es decisiva para mejorar las cifras del movimiento natural de su población. Pese a esta serie de datos que hacen prever unos resultados negativos para los próximos años, el concejal José Nogueira, responsable del área de Estadística en el Ayuntamiento coruñés, se muestra optimista con relación al comportamiento demográfico de la ciudad. "Por ahora los datos que tenemos no reflejan el descenso de la población", señala el edil, quien admite sin embargo que es previsible que se registre una disminución en la llegada de inmigrantes a partir de este año.

"Vamos a ver como evoluciona este año, pero por ahora no tenemos datos sobre un descenso de población", comenta Nogueira. Algunas localidades gallegas, como Vigo y Narón, han mantenido diferencias con el Instituto Nacional de Estadística acerca de la población censada en sus municipios, ya que consideran que el organismo contabiliza menos habitantes de los que realmente residen en sus territorios. En el caso de A Coruña, el Ayuntamiento no discrepa de las cifras proporcionadas por Estadística, a las que únicamente aporta algunas pequeñas correcciones.