Media hora, ni un minuto más ni uno menos, duró el pleno de ayer en María Pita. La Corporación liquidó en menos de cinco minutos las iniciativas del Gobierno municipal: el cambio de denominación de un lugar del barrio de Eirís, O Cácharo por O Cacharro; la toma de conocimiento del informe de sugerencias del año pasado; y el personamiento en dos procedimientos contra el Ayuntamiento, uno promovido por Telefónica contra las tasas por ocupación de vía pública y otro de la familia de Juan Canalejo contra la aplicación de la ley de la memoria histórica. La mayor parte de la sesión plenaria se centró en la lectura de las tres mociones del Partido Popular —ni siquiera se debatieron por la vía de urgencia— y en responder las tres preguntas orales presentadas por la oposición.