Bombas de palenque en Nostián

Los vecinos del núcleo coruñés celebraron ayer la inauguración de su nuevo local social, con dos plantas y una zona ajardinada exterior

Los vecinos, en la inauguración del local vecinal de Nostián. / fran martínez

Los vecinos, en la inauguración del local vecinal de Nostián. / fran martínez

Ana Rodríguez | A Coruña

Era el escenario perfecto para una inauguración, la del nuevo local vecinal de Nostián, una vivienda rehabilitada para uso y disfrute de sus residentes. El día estaba tan radiante que hasta parecía atrezzado por el Ayuntamiento. El hórreo más elevado del núcleo rural de Nostián brillaba al sol y desafiaba a las altas torres de la refinería. Los gigantes se perfilaban en un fondo azul que desdibujaba su parte más amenazadora. Y bombas de palenque. No había ayer malos olores ni conflictos de lindes municipales ni problemas y olvidos por ser uno de los escasos núcleos rurales supervivientes de la ciudad.

El alcalde, Javier Losada, entregó ayer las llaves del inmueble a la presidenta de la asociación de vecinos, Luisa Barbeito, en presencia de decenas de vecinos que salieron a la calle bajo un abrasador sol para conocer la coqueta rehabilitación de una vivienda unifamiliar, antiguamente habitada, que un día decidió adquirir el Concello para usos municipales.

Y hubo explosiones en Nostián, pero de las buenas, de las bombas de palenque con las que los vecinos decidieron celebrar tal acontecimiento, pues no es habitual que su pueblo -si no es por la refinería o los conflictos de deslindes- se convierta en protagonista.

Mientras un afanado camarero se esmeraba en cortar lonchas finas de jamón para la cuchipanda de celebración, el alcalde felicitaba a los vecinos por "hacer cada día de este pequeño lugar, en el límite de nuestra ciudad, un lugar hermoso". Aplaudió lo cuidado que tenían el pueblo y la rehabilitación que habían realizado en sus viviendas.

Adultos, varios niños y un perro escuchaban a Losada, al igual que el presidente del Ateneo Republicano y ex edil Cándido Barral, porque, según explicó el regidor, fue uno de los impulsores de la compra del terreno y la casa, ya hace dos legislaturas. También acudió al lugar el concejal responsable de Infraestructuras, Esteban Lareo.

Javier Losada recordó que el local vecinal era una de las "mayores prioridades y necesidades" demandadas al Concello por los vecinos del núcleo coruñés y les explicó que ahora tenían un espacio donde desarrollar sus actividades cuando el tiempo no acompañe.

El proyecto fue responsabilidad de la arquitecta municipal Carmen Cid, que se encargó de esta reforma con una inversión de 137.849 euros y un plazo de ejecución de cerca de doce meses. El inmueble tiene 89,42 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, con un espacio exterior ajardinado en el que se han mantenido algunos árboles.

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