El Ayuntamiento paraliza desde hace dos años el proyecto de la Cantera de Mesejo
La respuesta a la alegación de un propietario perjudicado por esta actuación asegura que la aprobación definitiva por el pleno está pendiente de la presentación de un documento
José Manuel Gutiérrez A Coruña
Más de dos años después de su aprobación inicial, el proyecto urbanístico de la Cantera de Mesejo, que prevé la construcción de 139 viviendas en cuatro edificios, todavía está pendiente de su ratificación definitiva por el pleno del Ayuntamiento, lo que impide la ejecución de esta iniciativa. El Gobierno local asegura que para que se pueda llevar a cabo el trámite administrativo es necesaria "la presentación del documento refundido", momento en el que se responderá "debidamente" a todas las alegaciones presentadas.
Ésta es la contestación remitida por el Concello al propietario de terrenos en el entorno de la cantera que planteó una alegación al documento inicial en febrero de 2008 y posteriormente otra el pasado mes de abril al nuevo Plan General de Ordenación Municipal, con el fin de que la nueva normativa urbanística no incluya el proyecto previsto en las proximidades de O Ventorrillo.
El afectado aseguraba que este plan fue tramitado de forma irregular y que benefició a los propietarios de la Cantera de Mesejo en perjuicio de los dueños de los terrenos colindantes, ya que en su opinión les permitió la construcción de un número de viviendas muy superior al que establece la legislación y les eximió de unas cargas urbanísticas que deberán asumir las parcelas del entorno.
La respuesta municipal no satisface en absoluto al autor de ambas alegaciones, que exige al Ayuntamiento la suspensión de la aprobación definitiva del proyecto y de su inclusión en el plan general, ya que estima que en caso contrario "podría producir graves perjuicios". El propietario insiste en que si el Gobierno local no atiende sus reclamaciones, llevará esta cuestión a la Fiscalía de Urbanismo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
En un nuevo escrito enviado al Ayuntamiento, el autor de las dos alegaciones solicita que se le conteste de forma individual a cada una de ellas, ya que considera que la respuesta municipal conjunta ofrecida a la planteada al proyecto urbanístico y a su inclusión en el plan general es "un intento de blanquear la oscura tramitación de la reclasificación", por lo que anuncia que agotará todos los recursos posibles por la vía administrativa y que, en caso de no ser atendidos, pasará a la judicial.
En opinión de este propietario, la contestación aportada "no tiene otro objetivo que tratar de confundir al administrado en un juego de unir fechas semejantes", cuyo fin sería justificar la falta de respuesta a la primera alegación, de forma que el Gobierno local pretendería "dilatar, retrasar y obstaculizar intencionadamente las necesarias resoluciones administrativas motivadas, en un vano y malintencionado intento de introducir en un bucle al administrado".
La alegación presentada el 14 de abril de 2008 a la aprobación inicial del proyecto de urbanización de la Cantera de Mesejo afirmaba que el objetivo de la modificación puntual del plan general de 1998 realizada en esa zona en 2004 era "una clasificación y calificación que diera cabida legal a un proyecto con el que exprimir al máximo la superficie, el vuelo y el subsuelo del mismo", así como "la venta del suelo con pingües beneficios".
La recalificación aprobada por el Concello permitió que los terrenos pasaran de ser suelo rústico a urbano. Cinco meses más tarde, José Manuel Mesejo y el resto de propietarios de las parcelas se las vendieron a la empresa Obras y Construcciones Alén, cuyo proyecto para la construcción de 139 viviendas fue aprobado el 29 de febrero de 2008.
Esta iniciativa del Gobierno local suscitó la reacción contraria del Bloque Nacionalista Galego en octubre de 2006 con ocasión de la aprobación por el pleno municipal del plan de infraestructuras que debían construirse en la zona con el fin de hacer posible la ejecución del polígono residencial.
En aquella sesión, el concejal nacionalista Mario López Rico expresó sus sospechas acerca de la forma en la que se llevó a cabo la recalificación del suelo en ese lugar. "¿Qué diferencia hay entre recalificar para un pariente o para un amigo?", se preguntó el hoy edil de Rehabilitación, quien añadió: "No sé si Mesejo es amigo, pero según mis cálculos ha obtenido un millón de euros".
La entonces concejal de Urbanismo, Mar Barcón, defendió la legalidad con la que se llevó a cabo la recalificación y recomendó a López Rico que denunciase los hechos si consideraba que se había cometido una irregularidad. "Espero que usted duerma tan tranquilo como dormimos nosotros", le espetó la edil a su entonces rival político, que sólo un año más tarde acabaría siendo compañera del nacionalista en el Gobierno local, desde el que el BNG no volvió a poner objeciones a este proyecto pese a sus reticencias iniciales.
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