A Laurita Galán, dueña de uno de los despachos de pan de la plaza de Lugo, le gusta mucho cómo ha quedado el nuevo mercado, aunque reconoce que "deberíamos estar todos juntos abajo, en una sola planta, como toda la vida". Esta coruñesa explica que su mejor ayuda en tiempos de crisis es que "la clientela es la de toda la vida". "Tengo mucha clientela, así que si me quejase sería puro vicio; creo que todos vamos tirando", concluye.