El carácter singular de un buen número de edificios coruñeses no les libró de ser derribados a lo largo del último siglo gracias a la codicia de quienes promovieron estas actuaciones y a la indiferencia de las autoridades y un amplio sector de los ciudadanos, que en muchos casos saludaron la desaparición de estos inmuebles como una contribución al desarrollo. Fortalezas, templos, viviendas, establecimientos industriales... nada se libró de caer víctima de la piqueta en una vorágine destructiva que sustituyó obras que proporcionaban a A Coruña una personalidad propia por otras que carecen de originalidad y en nada mejoran el paisaje urbano.

Este fenómeno urbanístico ha sido objeto de diferentes estudios en los últimos años y es abordado ahora por una formación política, Unión Coruñesa, en una de las publicaciones que incluye dentro de su colección Lecturas de café. Bajo el título de Antología de La Coruña perdida, el historiador Jesús María Reiriz repasa los edificios desaparecidos en la ciudad y afirma que si Hércules venció a Gerión, el héroe mitológico fue "derrotado posteriormente por el urbanismo atroz". Con su relación de joyas arquitectónicas masacradas, el autor promueve una "reflexión" con el fin de que la actual ciudad "no esté tan insensiblemente desmemoriada de su historia".

La meditación que sugiere Reiriz es más intensa cuando se contrastan los edificios demolidos con los que los relevaron en el mismo lugar, una iniciativa que la publicación incluye en sus últimas páginas y que en más de una ocasión lleva al sonrojo.

El recorrido por la selección efectuada por el escritor permite comprobar que algunos de los edificios fueron demolidos hace ya casi 75 años, pero que otros lo fueron en fechas muy recientes, por lo que la falta de conciencia sobre el valor arquitectónico no puede situarse en tiempos remotos, de forma que hoy mismo podría volver a producirse en A Coruña una situación de este tipo.

Algunos de los edificios desaparecidos aún persisten en la memoria de los ciudadanos porque se encontraban en puntos emblemáticos del casco urbano o por sus peculiares características, como el antiguo hotel Atlántico, la vieja iglesia de los Jesuitas o la Torre del Reloj de la sede de la Caja de Ahorros, pero otros son menos conocidos y son los que a continuación se repasan en estas páginas.