La fecha del 28 de abril de 1990 está grabada con letras de oro en la historia de Alvedro. Ese fue el día en el que se inauguró la ampliación de la pista después de un sinfín de negociaciones entre el Ayuntamiento, la Xunta y el Gobierno central. Cuando aquella mañana un DC-9 de la compañía Aviaco procedente de Madrid tomó tierra en la cabecera recién terminada, el pasaje y el público que se desplazó hasta Culleredo en autocares fletados por el Concello rompió a aplaudir consciente del momento que acababa de presenciar, según señalaron las crónicas de la época. El entonces alcalde, Francisco Vázquez, lanzó a los asistentes una parte de la cinta inaugural que acababa de cortar, pero por si no hubiera sido suficiente con todo aquello los festejos se alargaron después. Aún faltaba la guinda.

En la zona de Puerta Real, el Ayuntamiento decidió organizar un espectáculo con el que celebrar la inauguración de la pista. Allí se reunieron la orquesta Los Satélites y la vedette Norma Duval con todo su ballet al completo. La verbena finalizó con una sesión de fuegos artificiales. Está por ver si el Gobierno local de turno, cuando se estrene la futura ampliación de la pista, está a la altura de lo organizado hace 20 años por el Ejecutivo encabezado por el ex alcalde Francisco Vázquez.

La ampliación del aeropuerto había sido un auténtico culebrón desde años antes -casi desde su inauguración en 1963 se oyeron voces a favor de una pista más larga- que sirvió como excusa y arma arrojadiza entre políticos de distintas administraciones. Desde María Pita, Vázquez reclamaba la importancia del aeródromo para el futuro de la ciudad mientras desde Madrid le recordaban la peligrosidad de la pista de Alvedro y la inversión que sería necesaria. Fue bajo la etapa del hoy alcalde de Vigo, Abel Caballero, como ministro de Transportes cuando llegarían las tan ansiadas partidas presupuestarias para una obra que hasta entonces tan sólo era una promesa. Las gestiones de Caballero, tan combativo contra A Coruña en la guerra de cajas, le valieron el ser reconocido por la Corporación de Vázquez como hijo predilecto de la ciudad.