-¿Cuáles son las causas del cambio producido en el concepto de jubilación?

-Con el aumento de la esperanza de vida y el adelanto de la edad de jubilación, a quienes se jubilan les quedan por adelante hasta veinte años de vida. Pero también hay que analizar cómo trata la sociedad a los jubilados, porque a quien no lo está se le considera una persona activa, productiva y vinculada a la vida social, mientras que al jubilado en determinados sectores se le ve como una persona dependiente, de forma que el mismo pensionista acaba viéndose así también. Hay que cambiar ese estereotipo social sobre la persona jubilada, ya que puede suponer una marginación.

-¿Cree que los jubilados se sienten realmente marginados con estas actitudes?

-El profesor Ricardo Moragas dice que el del jubilado es un rol sin rol. Cada vez hay un mayor número de jubilados y son muchos los años de vida que quedan por cubrir, porque si no estas personas se ven excluidas. Pero hay muchas diferencias entre quienes han desarrollado actividades creativas y quienes han tenido trabajos alienantes, ya que los primeros pueden tener más recursos para hacer frente a la jubilación mediante colaboraciones o instituciones como la Sociedad Española para la Cooperación Técnica, mientras que los últimos están deseando llegar a la jubilación. Depende de qué tipo sea el trabajador, la jubilación se puede percibir como una liberación o como un castigo, aunque en el primer caso no hay los suficientes recursos sociales para que esa persona se sienta satisfecha durante tantos años. Por eso ha aumentado el índice de alcoholismo y de ludopatías, así como el de conflictos que dan lugar a rupturas familiares a estas edades.

-¿Considera que el temor a esta marginación anima a algunas personas a prolongar su vida laboral?

-Sí, por eso es necesaria una preparación para la jubilación. Hay que dejar patente que había una empresa gallega, Fenosa, que fue pionera en España en el diseño de estos programas y que los desarrolló hasta el año pasado con un resultado extraordinario. En estas actividades, que duraban una semana, no sólo participaban quienes se iban a jubilar, sino también sus cónyuges, porque la jubilación es cosa de dos. Esto se estuvo haciendo hasta que Gas Natural adquirió Unión Fenosa, ya que una de sus primeras medidas fue suprimir estos programas, que preparaban en lo sociológico, económico, psicológico, jurídico...

-¿Sería posible realizar actividades de este tipo desde la Administración?

-Ya ha habido experiencias en empresas como Endesa y nosotros colaboramos hace años con el Ayuntamiento de Madrid, que lo hacía en los centros cívicos de los barrios. Una empresa grande y con recursos lo puede hacer para sus trabajadores, pero las pequeñas no pueden, por lo que las administraciones públicas podrían hacerlo para ellas o desarrollar estos programas en los barrios. La Asamblea Mundial del Envejecimiento de 1982 ya estableció como una de sus recomendaciones que los gobiernos deberían implantar una jubilación progresiva y flexible, así como unos programas de preparación.

-¿Cómo ve las iniciativas del Gobierno para retrasar la edad de jubilación?

-Depende del tipo de trabajo. Imagínese que a Miguel Delibes, Rostropovich, Miró o Dalí les hubieran dicho a los 65 años que dejaran de crear. La cuestión es quién determina en una empresa qué persona puede continuar y cuál no, por lo que habría que realizar un estudio con mucho rigor y objetividad. La cuestión es que a las personas con profesiones alienantes a las que les conviene jubilarse se les den medios para los años que les queden de vida no sean un rol sin rol. Mientras estoy trabajando, me arreglo y me afeito porque tengo que ir a trabajar, pero si no tengo que ir ya no lo hago porque me abandono, lo que lleva a la pérdida de la autoestima. Por eso es importante llevar a cabo una actividad, sea retribuida o no. Hay colectivos dentro de la Universidad que reivindican su derecho a continuar en la docencia y la investigación porque consideran que se encuentran en un momento intelectual productivo o porque han creado escuela.

-¿Piensa que a las personas próximas a la jubilación se las comienza a marginar incluso antes de que se produzca?

-Hay profesiones en las que sí, porque no tienen capacidad o ganas de adaptarse a las nuevas tecnologías, ya que pierden facultades para asimilar los cambios a la velocidad a la que se están produciendo. Al mismo tiempo, los jóvenes reclaman que los mayores se jubilen para encontrar un hueco en el mercado de trabajo, puesto que si ellos se incorporan tan tarde y los mayores retrasan su jubilación no van tener ni tiempo de cotizar lo mínimo para cobrar una pensión.