Podría jubilarse el próximo año, pero su idea inicial es prolongar su vida activa, aunque todavía no ha tomado la decisión definitiva. "Me siento con fuerzas y además me gusta el trabajo que realizo, tengo una serie de proyectos y estoy en alguna comisión científica a nivel nacional", manifiesta Miguel Martínez Losada sobre su actividad al frente del Centro Provincial de Seguridad Laboral.

Este veterano funcionario califica de muy dispar la actitud de sus compañeros acerca del retiro: "Hay gente que tiene clarísimo que se va a jubilar y que no va a trabajar ni un día más y otra que admite la posibilidad de continuar trabajando".

Cuando Martínez Losada comenzó a trabajar, hace ahora 40 años, la percepción que se tenía de la jubilación "era muy lejana y se veía como algo decadente". En la actualidad, esa imagen del retiro ha cambiado, en su opinión, porque a partir de los 65 años se presentan unas posibilidades importantes para realizar toda clase de actividades. "Entiendo perfectamente a la gente que dice que ni un día más, porque yo también en mi vida extralaboral tengo aficiones que voy llevando y que en caso de jubilarme me llenarían mucho tiempo, pero en este momento en principio la idea mía es mantenerme", afirma acerca de las oportunidades que permite ahora el cese de la actividad laboral.

"En mi casa están encantados, todo el mundo lo ve como normal y deseable porque no me imaginan en casa", comenta Martínez Losada sobre la forma en que han acogido en su familia su decisión de mantenerse activo. En cuanto al aumento de la edad de jubilación, este experto en la materia considera dificultoso aplicar la medida a todos los trabajadores porque hay actividades muy diferentes, por lo que cree que puede hacerse en algunas e incluso incentivarse. Recuerda que hay coeficientes reductores de la edad de jubilación en algunos sectores y que si ésta se amplía, el sistema debería ser "más riguroso, preciso y sistemático".