La progresiva privatización de los trabajos de conservación y mantenimiento de las zonas verdes del municipio tendrá de forma inminente su último capítulo en los jardines de Méndez Núñez, para los que el Gobierno local acaba de abrir la licitación del contrato para desarrollar esta actividad. La empresa que se adjudique este servicio recibirá 87.826 euros al año hasta el 31 de agosto de 2013, fecha en la que concluirá el contrato, aunque podrá ser prorrogado otros dos años si existe un acuerdo entre ambas partes.

Dos operarios y un encargado integran el personal municipal que hasta ahora se encarga de las tareas de mantenimiento en el parque. El concejal responsable de este área, Esteban Lareo, señala que tras el paso a manos privadas del trabajo que realizan, se les destinará a la inspección de los trabajos que llevan a cabo las empresas contratadas por el Ayuntamiento en las zonas verdes del municipio.

La avanzada edad de la plantilla de jardineros del Ayuntamiento hizo que en los últimos años se jubilaran la mayor parte de estos funcionarios, por lo que el Ejecutivo local ha optado por contratar a una compañía privada para gestionar lo que Lareo define como "el parque más visitado y el de referencia en la ciudad".

El pliego de condiciones redactado por el Ayuntamiento advierte a las empresas que deseen hacerse con este contrato de que los jardines de Méndez Núñez, cuya superficie es de 14.425 metros cuadrados, cuentan con dos importantes particularidades. La primera es que el Gobierno municipal ha solicitado a la Xunta que los declare Bien de Interés Cultural, una figura jurídica que permitiría mejorar su protección, mientras que la segunda característica del parque es la inclusión de las 59 palmeras del paseo conocido como el Relleno en el Catálogo de Árbores Senlleiras de la administración autonómica, lo que obliga a mantener un estricto nivel de conservación de estos ejemplares.

La protección de la que gozan las palmeras del Relleno, de la especie phoenix canariensis, obligará al prestador del servicio a mantener una comunicación permanente con la Xunta, a la que habrá que informar de cada uno de los trabajos que se efectúen en estos árboles, cuya base deberá ser mantenida con cascajo de pino, según se detalla en las condiciones del contrato.

El propio Ayuntamiento menciona el caso ocurrido recientemente en el Relleno, donde en una inspección rutinaria se apreció que una de las palmeras sufría una grave herida en su tronco que hacía correr el riesgo de un desplome. Tras las consultas realizadas a la administración autonómica, se decidió retirar el árbol, cuya sustitución aún está pendiente de que el Concello localice un ejemplar de un tamaño parecido para que pueda ser trasplantado a ese lugar.

La zona verde que lleva el nombre del marino Casto Méndez Núñez se divide en las zonas del paseo del Relleno, el jardín y La Rosaleda. La Concejalía de Parques destaca que este lugar está "dotado de una jardinería especializada con césped, parterres y árboles majestuosos", así como dos lugares conocidos como el reloj y el calendario florales, a los que califica de "zonas emblemáticas". Precisamente estos dos puntos, que figuran entre los más fotografiados por los turistas que visitan la ciudad, fueron objeto de un primer intento de privatización de su conservación este mismo año cuando el Ayuntamiento intentó variar la compensación económica que se ofrecía a los trabajadores municipales por su actividad en los fines de semana por otra en forma de días libres.

La negativa de los funcionarios a la modificación llevó a que durante varios fines de semana el calendario floral no fuese actualizado, situación que llegó a mantenerse durante cuatro días seguidos en la Semana Santa, hasta que finalmente se solucionó el conflicto.

En cuanto las tareas que se exigirán al adjudicatario, serán la conservación y mantenimiento de jardines, la reposición de ejemplares, la conservación y mantenimiento de las jardineras, de los árboles y en especial de las palmeras, así como la puesta en marcha de medidas ante las alertas de temporal.

Una de las peculiaridades que contiene el contrato para el mantenimiento de los jardines de Méndez Núñez se refiere a los temporales que con frecuencia azotan a la ciudad, ya que se exigirá al adjudicatario la disponibilidad de un servicio informativo que le proporcione con la antelación suficiente las alertas causadas por las inclemencias atmosféricas.

Una vez que se reciba un aviso de este tipo, la empresa estará obligada a vallar los jardines, incluida las zona de juegos infantiles, para impedir el paso del público mientras se mantenga el peligro de caída de ramas o árboles. También deberá colocar carteles que adviertan de ese riesgo, así como contar con un retén de trabajadores que realizará tareas de vigilancia y que actuará a las órdenes del servicio municipal de Protección Civil.

Los jardines de Méndez Núñez comenzaron a construirse en 1863 cuando el Ayuntamiento decidió rellenar el frente marítimo de los Cantones con los restos de las murallas de la ciudad. En principio se proyectaron edificios de viviendas, pero luego se optó por una zona verde en la que se levantarían inmuebles de recreo, como el Kiosko Alfonso y La Terraza, así como el antiguo hotel Atlántico y el Palco de la Música.