La relativa calma del pasado lunes se acabó ayer a las 05.45 horas, con la pleamar, cuando el oleaje se llevó por delante 170 metros de balaustrada del paseo marítimo de Riazor y de Os Pelamios, tiró el cierre de los bajos comerciales en el Millennium que nunca han llegado a abrirse y provocó destrozos en otros puntos de la costa coruñesa, como en Adormideras, la zona de las Esclavas y San Roque de Afuera. Concello y Gobierno prefieren no adelantar la cuantía de los daños -sólo si se decide reponer la barandilla serán entre 110.000 y 120.000 euros- y defienden que los desperfectos ocasionados por el mar eran imposibles de evitar, pese a que uno de los motivos que se esgrimió para el relleno de las playas era que evitaría los efectos del temporal.

Sobre las 05.00 horas, Protección Civil, Policía Local, bomberos -con salidas durante todo el día- y personal del Concello cortaron el paseo de Orzán y Riazor para evitar sustos. Sin embargo, a las 06.00 horas, con olas de hasta doce metros, se recibió el aviso de que era preciso retirar de la avenida de Buenos Aires arena, trozos de balaustrada y bancos de piedras que antes estaban en el paseo -uno de ellos golpeó un coche patrulla del 092-.

"Vino una ola inmensa que barrió la zona de las Catalinas, incluso saltaban bancos y piezas encima de los coches patrulla, tuvimos que escapar corriendo y nos llegó el agua casi por la rodilla", narró David Patiño, oficial de la Policía Local que estaba en el paseo durante la pleamar. "Fue espectacular, había trozos de barandilla en la carretera", comentó uno de los primeros operarios en llegar al lugar. "Contra semejante temporal no hay nada que hacer. Los bancos han llegado a la acera de enfrente", enfatizó el alcalde, Javier Losada.

El oleaje causó los destrozos más significativos entre la plaza de Portugal y el hotel Riazor -150 metros de balaustrada al suelo y farolas, árboles, bancos y arena que acabaron en la avenida de Buenos Aires, lo que no permitió restablecer el tráfico en dirección al estadio hasta las 08.45 horas-; en los bajos del obelisco Millennium; y en Os Pelamios, donde derribó otros veinte metros de barandilla. Los desperfectos en el mobiliario urbano también llegaron a San Roque de Afuera y a la zona de las Esclavas y la discoteca Green; y se produjeron inundaciones en Adormideras.

Losada y el delegado del Gobierno, Antón Louro, evitaron hablar de la cuantía de los daños. En marzo de 2008, cuando el mar arrancó 220 metros de balaustrada, la reparación costó 150.000 euros, por lo que la reposición ahora rondaría los 120.000. Pero no está claro si se levantará de nuevo la balaustrada: "Este tipo de barandilla hace efecto pantalla, frena mucho el agua y probablemente el destrozo es más intenso que con una más diáfana", argumentó Losada, que deja en manos de los técnicos locales y de Costas la decisión de si se instala otra balaustrada -medida que apoya Esquerda Unida- o si se deja la zona sin este soporte de separación entre el paseo y las playas. El delegado del Gobierno sí dio por hecho que se recuperará la balaustrada.

La Demarcación de Costas defendió en julio que el relleno de las playas de Riazor, Orzán y Matadero -con una inversión de doce millones- contribuiría a evitar daños en el paseo, incluso en invierno. Sin embargo, ayer, el delegado del Gobierno habló de que era una "situación excepcional" y que este año no se realizaron las dunas de arena porque era "innecesario"; mientras que el jefe de Demarcación de Costas en Galicia, Rafael Eimil, defendió que el relleno contribuyó a reducir el impacto de la ola. "Ante una galerna así, los daños materiales son imposibles de evitar", argumentó también el alcalde.

En la segunda pleamar del día, a las 18.09 horas, el oleaje no se mostró tan bravo como de madrugada. Por precaución, entre las 16.00 y las 19.10 horas se cortó el tráfico en el paseo, entre Modesta Goicouría y el Playa Club -la zona más afectada de madrugada-. Pese a que el alcalde pidió la "máxima colaboración" a los ciudadanos, hubo gente que aparcó junto al Millennium en doble fila para sacar fotos al mar, mientras otros cruzaban sin pudor el cordón policial. También permanecieron cerrados parques y jardines durante toda la jornada.

No es la primera vez que un fuerte oleaje destroza la balaustrada del paseo marítimo. El 10 de marzo de 2008, a las 18.20 horas, el mar tiró 220 metros de barandilla, dejó tres heridos en Riazor y tres coches que circulaban hacia el estadio municipal quedaron atrapados.