Su trabajo puede compararse al de un actor de cine o de teatro, aunque, en su caso, un error de interpretación puede resultar fatal. Un agente especializado en tribus urbanas que se infiltró en el grupo radical Ultras Sur, al que pertenecen los ultras del Real Madrid, imparte hoy y mañana en el cuartel de Lonzas un curso en el que explicará a policías de la ciudad las técnicas que empleó para ganarse la confianza de tan peligrosos individuos y su experiencia durante los días en los que se hizo pasar por un violento y fiero neonazi.

David Madrid, nombre falso que utiliza este policía de la Brigada Provincial de Información de Madrid para evitar represalias de los grupos a los que engañó, no duda en situar a Ultras Sur como el grupo más peligroso con el que ha tenido que trabajar. Este agente ha tenido la oportunidad de presenciar con los ultras partidos de fútbol, de ir a conciertos de música que ensalza las ideas del nazismo e incluso de contemplar riñas con algo más que palabras entre grupos rivales.

Las palabras que David Madrid dedicará a los agentes en A Coruña servirán, entre otras cosas, para desmentir algunos de los estereotipos o clichés con que se suelen asociar a los aficionados más peligrosos y ruidosos de los campos de fútbol, así como a los miembros de todo grupo con ideas fanáticas que hace de la violencia su forma de expresión. "Hay que sacar la imagen de que todos son unos desarraigados. Nosotros vimos que muchos son personas con trabajo y con una vida estructurada que se convierten en ultras de fin de semana", expone Madrid, que añade que la mayoría ya no visten botas militares ni llevan la cabeza rapada.

Una prueba de que lo que dice el agente es cierto es el modo en que el propio David Madrid logró acercarse a miembros de Ultras Sur como paso previo a la infiltración. Fue en las aulas de la universidad y no en el Santiago Bernabéu o en un concierto de un grupo neonazi donde este policía comenzó a hablar con miembros del grupo. "Estuvimos meses preparándolo porque era bastante difícil. Lo hicimos a través de la universidad. Yo me matriculé en una carrera en la que sabíamos que había bastantes radicales y pude así acercarme a ellos y ganarme su confianza", comenta el agente policial.

David Madrid también quiere aclarar que el objetivo de estas infiltraciones o "trabajos desde dentro", como él prefiere llamar a sus misiones, no es tanto el de practicar detenciones como el de recopilar información de todo tipo: quiénes forman parte del grupo, quién los financia, a qué dedican su tiempo... En el caso de los Ultras Sur, el policía pudo comprobar de primera mano la relación entre los radicales del Real Madrid y las formaciones de extrema derecha, el negocio de la venta de camisetas y productos con los lemas y logotipos del grupo y la asistencia a conciertos de RAC -Rock Against Comunism o, en castellano, rock contra el comunismo-.

La satisfacción que consigue con cada uno de sus trabajos es muy grande, pero no todo es positivo. David Madrid comenta que un policía infiltrado en una banda debe asumir ciertos riesgos, como el de perder el contacto con su vida real. El agente explica que una de las mayores complicaciones de su trabajo deriva de la necesidad de intercambiar cada día dos papeles, el ficticio que representa cuando está con los radicales y el real que debe mostrar ante sus familiares y amigos.

"Es bastante difícil compaginarlos. Hay épocas en las que no hay relaciones estables y tenemos que asumir riesgos; unos riesgos que a los que hacemos este trabajo nos apetece asumir", declara David Madrid para dejar clara su pasión por lo que hace.

El fenómeno de los ultras y de las tribus urbanas no es exclusivo de Madrid y Barcelona, sino que, en mayor o menor medida, está presente en todas las comunidades españolas. El policía que ilustrará con sus conocimientos y con su experiencia a los que asistan al curso en Lonzas destaca que, dentro de las investigaciones de la violencia de los radicales, hay un grupo de la ciudad que, en palabras del propio David Madrid, merece un seguimiento especial: el de los Riazor Blues. "Seguimos con atención la violencia urbana en todas las ciudades y también en A Coruña. Tanto los Riazor Blues de A Coruña como los Celtarras de Vigo son dos grupos de atención. Como los Ultras Sur, también están influenciados por la política", explica.

El agente de la Brigada de Información tiene claro qué es lo que seduce a los miembros de tribus urbanas y grupos radicales cuando deciden pasar a formar parte de la banda: el sentimiento de formar parte de una gran familia cuyos miembros se apoyan entre sí. "Sienten que su gente responde y está siempre ahí", comenta.