El Concello estudia incorporar a la flota de autobuses urbanos vehículos de consumo híbrido, que, en determinadas partes del recorrido que realizan, generan su propia energía para moverse. Cuestan 300.000 euros, 50.000 más que los autobuses rojos que tiene la ciudad, pero, según el gerente de la Compañía de Tranvías, José Prada, esta diferencia se amortiza a lo largo de la vida útil del vehículo -16 años aproximadamente- con el ahorro en combustibles de origen fósil.

Está adaptado para que accedan a él personas con movilidad reducida y, al ser sus dimensiones más pequeñas, su maniobrabilidad es mucho mayor que la de los buses estándar que hacen los recorridos urbanos, y es silencioso, tanto que la empresa que los ha desarrollado, la compostelana Castrosua, estudia colocarle una alarma, como la de los camiones cuando dan marcha atrás, para que los peatones se percaten de su llegada.

Durante tres semanas, un autobús blanco recorrerá la ciudad para mostrarle a los vecinos sus ventajas, sus amplias ventanas, sus asientos más cómodos y su silencio interior. El pasaje será gratuito para que todos los que quieran subirse a descubrir cómo se va en un bus con nombre propio, Tempus Hybrid, puedan hacerlo. Saldrá de la plaza de Pontevedra, irá por Juan Flórez hasta Cuatro Caminos, bajará por Primo de Rivera y los Cantones hasta Puerta Real, irá hasta Adormideras por el paseo marítimo y volverá a la plaza de Pontevedra por Juana de Vega. Cada viaje dura media hora y el horario para participar en esta experiencia será de diez de la mañana a dos de la tarde y de cuatro a siete y media.

Dice la concejal de Movilidad, Yoya Neira, que cualquier línea de las que opera en la ciudad podría tener un autobús híbrido por las condiciones del vehículo, cuya autonomía es superior a las 16 horas -la jornada habitual de los buses urbanos- aunque están más indicados para zonas sensibles como centros históricos porque sus emisiones de dióxido de carbono son menores que las de los vehículos de motor diésel o de gasolina.

El director general de Castrosua, José Manuel González, asegura que la empresa adecua los autobuses a las necesidades que tengan los ayuntamientos, así que, si el Concello y la Compañía de Tranvías finalmente se deciden a incorporar el Tempus Hybrid a su flota, no tendrían ningún problema en pintarlo de rojo para que se integre a la perfección en el mapa de la ciudad.

Lo que no aclaró la concejal de Movilidad es de qué va a depender la decisión del Concello para dar el visto bueno a la incorporación de la tecnología híbrida a la flota de buses urbanos; aunque incidió en las ventajas que tienen estos vehículos, entre ellas, la reducción de las emisiones contaminantes, una meta del Ayuntamiento.

Cuando está parado se le apagan las luces, se inclina para que sus pasajeros bajen sin esfuerzos; por dentro es verde y amarillo y los botones de parada son grandes y rojos; tiene dos motores eléctricos que reciben energía de dos baterías que están en el techo del bus y, dentro del motor, tiene una planta de generación eléctrica interna.

Esta opción, según el gerente de la Compañía de Tranvías, será la que se acabará imponiendo "a corto plazo" en detrimento de otras soluciones, como los vehículos de gas o los que son sólo eléctricos y que tienen que sacrificar o bien espacio de ocupación de pasajeros, para poder llevar grandes baterías, o bien autonomía, ya que, tendrían que operar menos tiempo que los convencionales para poder ser recargados.

A muchos, la llegada del autobús híbrido a la parada de la plaza de Pontevedra les pilló de sorpresa, tanto que, algunos, con la confusión del momento, de las cámaras de televisión y del bus blanco, casi se olvidan de subir a la línea regular por la que llevaban tiempo esperando.