El director técnico y los propietarios del colegio Liceo intentaron ayer desmarcarse de los hechos que terminaron con la muerte en la piscina del centro de Diego Novo, de cuatro años, en marzo de 2009. Con unas declaraciones en las que se contradijeron unos a otros e incluso a sus propias palabras, los tres responsables de dirección achacaron lo ocurrido a las monitoras -la que faltó a la clase y la que la sustituyó y se ausentó para ir al servicio-, al socorrista que dejó de vigilar la piscina para acompañar a los menores al vestuario y, como encargados de controlarlos a todos ellos, al coordinador de la piscina y al jefe de estudios.

Las declaraciones de los responsables de dirección del Liceo formuladas ayer en el juzgado de instrucción han motivado que el abogado de la familia de Diego Novo, José Luis Gutiérrez Aranguren, solicite que el jefe de estudios del centro comparezca también como imputado. En estos momentos, los imputados por la muerte del niño son, además de los dos dueños del colegio y del director técnico, el socorrista y la monitora que trabajaban en la piscina en el momento del suceso, y el coordinador de actividades en la piscina.

Aunque con matices, que en ocasiones resultan contradictorios, todos los que tuvieron que declarar ayer como imputados en el Juzgado de Instrucción número 3 después de que la Audiencia Provincial admitiera un recurso presentado por la familia del niño fallecido coincidieron al señalar al coordinador como el responsable de garantizar que monitores y socorristas desempeñaran correctamente sus funciones. El director técnico explicó que es al coordinador a quien los monitores deben pedir permiso para ausentarse y los dos propietarios añadieron a esta figura la del jefe de estudios.

El director técnico y los dos propietarios negaron tener conocimiento de que la monitora que se ausentó ese día hubiera comunicado que faltaría al trabajo al coordinador. Los que declararon aseguraron que a ellos tampoco les dijeron nada sobre la ausencia de la monitora, aunque aclararon que es al propio coordinador de piscina y al jefe de estudios a quienes tienen que comunicárseles este tipo de situaciones.

Uno de los propietarios, además de mencionar al coordinador y al jefe de estudios, comentó que el director técnico también tiene responsabilidades en estos temas, pues es a quien deben llegar las noticias sobre sustituciones tras tener conocimiento de las mismas los otros dos responsables.

Contradicciones

Los testimonios de los tres responsables de la dirección del colegio Liceo presentan numerosas contradicciones, la mayoría de ellas relacionadas con el marco normativo que rige actividades como las que desarrollan en la piscina. Los imputados por la muerte de Diego Novo que declararon ayer se contradicen incluso al hablar sobre la consideración que tienen las clases de natación, pues, mientras el director técnico afirma que son actividades escolares por estar dentro del horario de educación física, los propietarios lo niegan y exponen que la natación es una actividad extraescolar que, por mandato de la Xunta, se realiza en horas escolares.

Las declaraciones de los tres presentan diferencias sustanciales en lo referente a la existencia de unas pautas que deben seguirse en la piscina. El director técnico dijo creer que existe una norma sobre el recuento de los niños cuando salen a la piscina, pero al regreso a vestuarios. También los propietarios del centro mencionaron la existencia de una norma sobre el recuento de niños en la piscina, aunque uno lo hizo contradiciendo sus propias palabras, al haber afirmado previamente que no conocía esta norma. Este responsable de dirección manifestó no tener constancia de las pautas para, poco después, comentar que el recuento se realizaba en los vestuarios y tanto a la entrada como a la salida de la piscina.

Las contradicciones resultan perceptibles en las declaraciones de los imputados sobre un tema que la Audiencia Provincial mencionó al admitir el recurso presentado por la familia del pequeño para que los directores del centro comparecieran como imputados: el hecho de que el socorrista dejara de vigilar lo que ocurría en la lámina de agua para acompañar a los niños al vestuario.

Uno de los propietarios manifestó primero que el socorrista tiene titulación para ejercer como instructor, aunque después dijo lo contrario, al manifestar que únicamente disponía de la titulación de socorrista normal. Tanto el director técnico como el otro propietario negaron que el socorrista tuviera titulación para ejercer como monitor.

Los tres responsables de dirección sí coincidieron al precisar que el socorrista no había recibido autorización superior para dejar de vigilar la piscina y acompañar a los niños al vestuario. Los imputados por la muerte de Diego Novo aludieron en sus declaraciones a las múltiples actividades que acoge el colegio Liceo para dejar claro que únicamente si delegan responsabilidades en los coordinadores es posible organizarlas y vigilarlas. Los dos propietarios del colegio declararon que en el centro existen entre treinta y cuarenta actividades, entre las que se encuentra la de natación, y que el coordinador con el que cuenta cada una de ellas es el que se encarga "de toda esa actividad".

El abogado de la familia de Diego Novo, José Luis Gutiérrez Aranguren, hizo hincapié tras la declaración de los responsables del Liceo en las contradicciones que éstos habían manifestado acerca de la normativa que rige las actividades en la piscina. El letrado, que anunció su intención de solicitar que el jefe de estudios comparezca como imputado, explicó que las palabras que pronunciaron el director técnico y los propietarios demuestran que fue "una situación de descoordinación total" la que propició la muerte del niño Diego Novo en la piscina del colegio Liceo. "La descoordinación es absoluta y eso fue precisamente lo que hizo que la Audiencia Provincial tuviera en consideración el recurso que presentamos", comentó el letrado.

Gutiérrez Aranguren asegura que las declaraciones de los procesados acerca de la responsabilidad del coordinador y del jefe de estudios como encargados directos de coordinar lo que ocurre en la piscina amparan su decisión de solicitar que este último también comparezca como imputado.

La Audiencia Provincial, al aceptar el recurso presentado por la familia, había reconocido que, tras el abandono del socorrista de la piscina para hacer funciones que no le correspondían, puede esconderse un error de la persona a la que compete el control de los trabajadores que desempeñan sus funciones en la piscina. El letrado que defiende los intereses de la familia del menor comenta lo llamativo que resulta que uno de los que declararon ayer exprese testimonios contradictorios sobre este aspecto, así como que los tres muestren dudas al hablar acerca de la existencia o no de una normativa concreta para el recuento de los niños y al mencionar los pasos que esta normativa implica para evitar que ocurran muertes como la de Diego Novo.