El concejal de Infraestructuras, Esteban Lareo, se comprometió ayer a que el Ayuntamiento procurará arreglar los puntos negros que los discapacitados encuentran en la ciudad, a pesar de que garantiza que las nuevas obras que se han hecho cumplen la normativa vigente sobre barreras arquitectónicas. "Lo que afecte a esta concejalía intentaremos solventarlo, aunque, a veces, es complicado porque ellos detectan problemas en calles que tienen cuarenta años, por eso tratamos de que, si no pueden ser todas las zonas accesibles que, al menos un margen del camino sí lo sea", declaró el edil de Infraestructuras.

Los miembros de la Asociación de Discapacitados Independientes de A Coruña (Adincor) se quejaron al Ayuntamiento de que encontraban infinidad de obstáculos cuando intentaban llegar de una punta a la otra de la ciudad y que, en algunos lugares, tenían que depender de otros peatones para no caerse.

El cruce de la calle San Roque con la plaza de España es uno de esos puntos críticos porque la acera se estrecha tanto que las sillas no consiguen girar ni subirse si no es con ayuda. La reforma de esta plaza la ejecutó la Concejalía de Rehabilitación, cuyo responsable, Mario López Rico, no atendió ayer las llamadas de este periódico para dar respuesta a los discapacitados.

Lareo defiende que todas las obras realizadas últimamente se ajustan a la norma de accesibilidad, aunque no descarta revisar las que más perjuicios causen a los discapacitados. "Haremos intervenciones donde sea factible, donde redunde en el beneficio de todo el colectivo y a medida que vayamos teniendo dinero para hacerlas, porque nuestra actitud es colaboradora", declaró ayer Lareo, que analizará los bordillos y aceras denunciados por el colectivo de discapacitados.

Al hecho de moverse en una silla de ruedas, los minusválidos tienen que añadir la falta de accesibilidad de algunos autobuses municipales. Se quejan de que, después de haber esperado durante más de media hora por uno que les lleve al hospital, se encuentran con que carece de rampa y que tienen que seguir esperando o renunciar a utilizar el transporte público.

La edil de Movilidad, Yoya Neira, a falta de poder renovar la flota de un día para otro, les aconseja que utilicen el sistema de mensajería móvil que tiene el Ayuntamiento y que informa a los usuarios de cuánto tiempo falta para que la línea que esperan pase por su parada y de si el coche que va a recogerles está o no adaptado para que puedan subir y bajar sin problemas.

"Lo que tenemos en la línea 4, que es totalmente accesible, es lo que queremos para toda la flota porque es un empeño de esta concejalía que todos los buses estén adaptados", explicó ayer la edil, que anima a los conductores de los turismos a que no aparquen en las bahías reservadas para el transporte público porque, "lo que para ellos puede ser una parada sin importancia, de cinco minutos, para un discapacitado puede suponer la imposibilidad de apearse del autobús".