Al igual que Soledad, María Jesús Silva ya residió en la parte alta de Vioño; no es su primer desalojo y, al no haberse adherido al plan de integración, probablemente no será el último si sigue residiendo en la ciudad. "Estamos aquí por Francisco Vázquez", aseguró ayer Silva que tuvo su primera chabola en A Grela y, la segunda, en Vioño. Cuando se desmanteló el poblado, el ex alcalde de A Coruña les dijo que podrían quedarse en Penamoa y allí se instalaron, pero la llegada de la tercera ronda les obliga ahora a irse de lo que, durante años, fue el asentamiento de infraviviendas más grande de Galicia y también el supermercado de la droga de gran parte de la Comunidad Autónoma.

Dicen que les tratan "peor que a los perros" porque les echan "a la calle" y muchos no pueden entender por qué unos han tenido derecho a las ayudas y otros no. Para acceder a estas ventajas de integración, la Concejalía de Servicios Sociales pedía, entre otros requisitos, que los menores estuviesen escolarizados y que los residentes no tuviesen condenas pendientes o que no estuviesen cumpliendo penas de cárcel en el momento del realojo. El Concello dice tajante que las oportunidades para adherirse al plan han terminado ya.