Para Mónica Forteza, lo mejor de los nuevos buses de la línea 4 es la rampa porque va desde el coche hasta la acera, con una pendiente justa para que no tenga que depender de nadie ni para subir ni para bajar en su silla de ruedas. Para Benjamín y Manuel, de la asociación Aspronaga, sin embargo, lo mejor, sin duda, es que las paradas se avisen por megafonía dentro del autobús, como pasa en el tren, porque así nunca se despistan y siempre tienen claro cuándo se tienen que apear.

Dice la concejal de Movilidad, Yoya Neira, que el objetivo es que todas las líneas de los autobuses urbanos sean, "en el futuro", como la 4, que ofrezcan facilidades a los discapacitados, no solo a los que se mueven en sillas de ruedas, sino también a los invidentes y es que los coches que empezaron ayer a cubrir el trayecto de la avenida de Hércules hasta el Barrio de las Flores cuentan con los requerimientos que los colectivos de discapacitados que forman parte de la mesa de la movilidad le han hecho al Concello.

Desde megafonía interna y externa -que todavía tiene que ser regulada porque, por la mañana resulta demasiado ruidosa, pero que es apenas audible a las doce de mediodía en algunas paradas en las que la información del bus se ahoga entre los cláxones- hasta pavimento especial en las paradas que ya no tienen bahías porque, según la edil de Movilidad, no eran operativas, porque siempre estaban ocupadas por automóviles particulares que impedían su funcionamiento correcto.

En las marquesinas habrá mapas de la ciudad con los recorridos de las líneas que ahora llevan ya aparejado un color y hasta el Concello repartirá planos, como los del metro de Madrid, para que los usuarios del servicio de transporte público puedan llevarlo en la cartera o en el bolsillo. Si todo funciona a la perfección, los invidentes tendrán dos pavimentos que les guiarán hasta la parada del autobús que se detendrá justo en la confluencia de los dos tipos de loseta -una tiene estrías grandes y la otra cuadrados en relieve- para que la puerta se quede justo frente a la fila de los que se quieran subir al servicio.

Neira asegura que el Concello eligió esta línea porque es una de las más largas y porque, desde la implantación del carril bus en una parte de la ruta, los usuarios se incrementaron; de hecho, el 10% de los más de 20 millones de viajeros anuales del transporte urbano, se suben en las paradas del 4.

La renovación del servicio de la Compañía de Tranvías ha comenzado por la línea 4, que cuenta ya con todas las facilidades, como los postes en las marquesinas que indican la situación de la parada y del recorrido que hace el bus, así como de la información necesaria para acceder al sistema de mensajería móvil que envía a los usuarios del transporte público los datos del coche al que esperan, desde el tiempo que tardará hasta si es o no accesible para los discapacitados.

Ramón Rodríguez, que es miembro de la Liga Reumatolóxica, asegura que no es usuario habitual del bus urbano, entre otras cosas porque subir un escalón de "diez o doce centímetros" le supone un problema, pero ayer, probó la rampa que le permitirá acceder al bus sin impedimentos.