Hubo frío en las colas antes de que se acercase peligrosamente la hora de apertura, algo de aburrimiento para los que decidieron pasar la noche en la puerta, hubo cheques regalo para los primeros 300 clientes de Worten y aplausos y palmaditas en la espalda de los empleados de la tienda para todos los que, a las diez de la mañana, cruzaron la puerta del negocio de electrodomésticos. La mayoría fue por curiosidad, por ver qué se escondía tras las paredes de las que no habían podido dejar de oír hablar durante las últimas dos semanas ni por un minuto, por saber qué hay detrás de tantos rótulos de Marineda City, el mayor centro comercial y de ocio de España, que ayer abrió sus puertas. Otros tenían un objetivo bien claro: ser los primeros en jugar al minigolf o conseguir un vale para llevarse una plancha de cocina a casa.

A Sila Fábregas la convencieron sus amigos para levantarse temprano y ponerse a la cola de la única tienda que, ayer, quintuplicaba el valor del dinero, Worten, pero fue su madre la que, sin embargo, le dijo qué era lo que tenía que comprar si, finalmente, se hacía con uno de los vales de 50 euros por un billete de cinco. Los hubo que se llevaron de la tienda de tecnología las televisiones de dos en dos y, de las manos de los más jóvenes, estrictamente uniformados con la camiseta roja de la publicidad, salían una a una, metidas en bolsas, las cámaras fotográficas de 49 euros que había en las estanterías.

Los que se saltaron el desayuno para ser los primeros en llegar a Marineda City se afanaron en ocupar las mesas de la cafetería del nuevo centro comercial y vieron pasar los últimos retoques por delante de sus tazas humeantes de café y las miradas perdidas de los que se habían quedado estancados en una planta y no sabían cómo salir de ella. Cómo llegar, por ejemplo, a la pista de karts -la más grande cubierta de Galicia- que estaba todavía cerrada o cómo adentrarse en la zona de ocio, la de las pantallas y los estrenos de cine.

Según la Guardia Civil de Tráfico y la sala de pantallas de la Policía Local, los problemas de circulación fueron importantes, entre las ocho y las nueve de la mañana, antes de que el centro comercial abriese sus aparcamientos, a las diez, y con la llegada de los empleados a sus nuevos centros de trabajo. Miembros de una compañía de seguridad privada reforzaron el control de los accesos y, según los partes, no se registraron incidencias en el entorno de la carretera Baños de Arteixo.

Para el alcalde, Javier Losada, los atascos no fueron un tema de gran preocupación. "Prefiero pensar en las miles de personas que hoy (por ayer) van por primera vez a su trabajo", contestó el regidor municipal, que confía en que los problemas de circulación se vayan solucionando con el paso de las jornadas, a medida que el centro comercial se va asentando en el día a día de los vecinos.

Un poco más disgustada con la llegada de la que es la superficie comercial más grande de España y la tercera de Europa está una de las madrinas de la ceremonia de inauguración, la periodista Julia Otero, que el miércoles por la noche escribió en su Twitter que le parecía sorprendente que no se hubiese dicho ni una sola palabra en gallego durante el acto de apertura. A esta observación se le unen los más de 500 seguidores de la página de Facebook Non queremos que Marineda City marxine o idioma galego, que insta a los usuarios de la red social a que presenten "una queja educada" en el buzón de sugerencias de la web del complejo comercial para expresar su desacuerdo con el hecho de que toda la publicidad que se ha hecho de Marineda City está exclusivamente en castellano.

Ajena a las polémicas y al cruce de iniciativas en las redes sociales se paseaba ayer una pareja por los pasillos del centro comercial y se paraba para observar el punto de intercambio de libros, el espacio del bookcrossing, que también tiene de eso Marineda City.

A los más pequeños sus padres los entretenían con los globos que daban algunas tiendas como muestra de gratitud por haber visitado sus negocios. Los mayores, sin embargo, se tapaban la cara cada vez que veían una cámara de televisión para no ser descubiertos, quizás por sus compañeros de trabajo.

Fueron más de 90.000, según los responsables del complejo, los que se pasearon ayer por Marineda City, algunos, llegados desde otras ciudades de la provincia, otras, de más allá, aunque los empresarios aseguran que la inauguración de ayer no fue mucho más que un ensayo general, una manera de ponerse a punto gradualmente, ya que lo peor, aunque también lo mejor, se lo esperan para el fin de semana, cuando creen que llegarán clientes de mucho más lejos que A Coruña y su área metropolitana. Al menos así lo desean para empezar a sacar rendimiento desde el minuto uno a esta nueva ciudad comercial que se ha creado en un lugar en el que antes había una subestación eléctrica y naves industriales.

Muchos, ayer por la mañana, se fueron para casa con las ganas de montarse en el circuito de karting o de echar un par de partidas en la bolera del centro. Como los comerciantes, tendrán que esperar un poco más para ver que todo en Marineda City funciona a la perfección.

Según Marineda City, las nuevas instalaciones de tiendas y ocio han generado 4.500 empleos directos y crearán 8.000 indirectos. El 90% de la superficie total ya está alquilada y el centro confía en atraer a quince millones de visitantes cada año. En su construcción, cuando su nombre era todavía el de Marineda Plaza y no el actual, el centro comercial llegó a reunir 21 grúas.

Las instalaciones son las más grandes de España -las terceras de Europa- y albergan, entre otras actividades, un hotel, un centro de negocios, una bolera, cine y una pista de karts.