La tercera planta del edificio de la Subdelegación del Gobierno contará con oficinas de extranjería. Hasta ahora, estaba habitada por un funcionario de la Administración y, tras su jubilación, la Subdelegación ha decidido que este espacio sirva para instalar oficinas de atención a los extranjeros.

El presupuesto para esta reforma, que ya está adjudicada, supera los 227.000 euros según publicó ayer el Boletín Oficial del Estado. La obra se contrató por un procedimiento negociado sin publicidad el 3 de agosto, a la empresa Construcciones Orega SL, por ser su oferta "económicamente más ventajosa".

La Subdelegación del Gobierno contará, de este modo, con una planta más habilitada para atender a las peticiones de los extranjeros y es que la planta baja del edificio ya se utiliza para esta finalidad.

La formalización del contrato, según explica el Boletín Oficial del Estado se realizó el 26 de agosto, pero no especifica cuándo tendrán que empezar las obras ni cuál es el plazo máximo para su ejecución.

El edificio de la Subdelegación del Gobierno en A Coruña fue, en el siglo XVIII la sede de la Aduana Real, ya que se encontraba en un lugar entre el puerto y la zona comercial de la ciudad. Las autoridades aduaneras adquirieron las parcelas que había en la zona y encargaron al entonces arquitecto municipal Rodríguez y Romay y al capitán Martín Cermeño, que realizasen un proyecto para construir la Aduana Real.

La fachada sigue las pautas de las casas de Paredes, aunque incluye ciertos cambios debido a que el edificio se iba a destinar a labores de carácter público.

El ático del edificio se añadió en el siglo XX, casi doscientos años después de que se hubiese proyectado el inmueble. El arquitecto de esta remodelación fue Faustino Domínguez y Domínguez, según explica el libro Guía de arquitectura de A Coruña, editado por el Colegio de Arquitectos.