La antigua cárcel provincial, un edificio cercano a la Torre de Hércules, albergó diferentes actividades en los últimos años, pero ninguna de forma estable. Ahora el espacio se encuentra vacío, pero no falta quien se preocupe por su futuro. La asociación vecinal Atochas-Monte Alto-Torre de Hércules lleva tiempo luchando por conseguir rentabilizar el lugar a través de "un espacio público que vuelva a la sociedad, al que se le den usos sociales y culturales", según afirma su representante, José Ucha. Una plataforma nacida del colectivo, Proxecto Cárcere, se reunirá mañana con la edil de Cultura para tratar el asunto.

La sede coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia dedica este año a la cárcel el Día Mundial de la Arquitectura, el próximo 3 de octubre, para lo que ya prepara exposiciones, proyecciones o conferencias. El cambio de Gobierno municipal dejó en el aire el posible paso de titularidad del antiguo edificio del Ministerio del Interior al Concello. Este lunes, varios miembros de la plataforma Proxecto Cárcere presentarán un dossier de peticiones y sugerencias. "Se habló de un parador, de un museo, de un centro de interpretación de la Torre, pero las tres patas básicas son aspectos sociales, culturales y no olvidar la memoria histórica, porque ahí hubo represaliados", afirma uno de sus responsables, Xosé Lago.

Esta plataforma nació en noviembre del año pasado tras unas jornadas organizadas por la Concejalía de Cultura. Entre las cien personas reunidas, diferentes representantes de la industria cultural y la asociación vecinal de Monte Alto, que defendió que el uso represivo que tuvo en su momento la cárcel cambiase para responder diferentes necesidades de los ciudadanos. El apoyo de los asistentes los animó a crear lo que hoy es una plataforma pero espera convertirse en asociación sin ánimo de lucro para poder gestionar de mejor manera sus peticiones.

El pasado junio tuvieron la oportunidad de disponer de la antigua prisión durante cuatro días, en los que hicieron unas jornadas de puertas abiertas con iniciativas como actuaciones de música, teatro, danza, cabaret, cine, o un mercado de cambio. "Todos las necesidades pendientes en el barrio podían tener cabida en el edificio", lamenta el presidente vecinal José Ucha. Mientras luchan por su objetivo, la prisión ve pasar el tiempo frente al mar.