La edil de Cultura, Ana Fernández, tiene como prioridad en las actuaciones en su área la programación del centro Ágora, y aplaza los otros proyectos del ámbito cultural presentados hasta dotar de contenido al mismo. Así lo afirmó ayer en un encuentro con parte de un colectivo que propone utilizar la cárcel de la Torre de Hércules con fines sociales.

Cinco representantes de la plataforma Proxecto Cárcere se reunieron ayer en el Ayuntamiento con la concejal para presentar las peticiones y proyectos que defienden desde su creación, en noviembre del año pasado, a la nueva Corporación municipal. "Tuvimos un buen recibimiento, ya que la reunión era sobre todo para presentarnos. Entregamos un dossier con lo que logramos hasta ahora, y la concejal nos dijo que hablaría con el alcalde" afirma uno de los miembros de la plataforma que estuvo presente en el encuentro, Xosé Lago.

"No tiene previsto hacer otras actuaciones en estos momentos, fue sincera en este punto", afirma Lago. El responsable de la agrupación asegura que, tras el encuentro, su percepción es que "todo está muy verde". Lo que habían acordado con el anterior Gobierno municipal, un compromiso para dejarles utilizar durante dos meses las instalaciones de la antigua prisión provincial, está en el aire. La plataforma ya tenía preparadas muchas de las actividades que realizarían, para las que contarían con la participación ciudadana, pero la negociación del Concello para hacerse con el edificio continúa sin resultados. "Sigue sin haber una concesión de Instituciones Penitenciarias, que depende del Ministerio de Fomento, al Ayuntamiento. Así que no pueden comprometerse a permitirnos usar ese espacio porque no son sus responsables", afirma el responsable del Proxecto Cárcere.

La plataforma, que defiende que el uso represivo que tuvo en su momento la prisión de la Torre de Hércules cambie para responder necesidades sociales de los ciudadanos, presentó a Fernández la petición de finalizar el estudio de las infraestructuras de la cárcel que habían comenzado con el anterior Gobierno municipal. En este punto Fernández fue más concisa, puesto que "nos dijo que hablaría con el alcalde y con otras concejalías que pueden tramitar nuestras peticiones y colaborar en las actividades que queremos llevar a cabo, como Servicios Sociales", asegura Lago.

La agrupación presentó además sus quejas por unos recientes destrozos en el edificio que albergó la prisión provincial. "Puede que no tengan la competencia para permitir un uso u otro del espacio, pero sí tienen competencia para no permitir que estropeen un lugar de gran importancia histórica para la ciudad", dice el miembro del colectivo, que surgió de la asociación vecinal de Monte Alto.

La impresión del colectivo es que "el Ágora es ahora la prioridad para la concejala, y no tiene previstas otras actuaciones en cuanto a Cultura". La primera entrevista del grupo con la corporación es, sin embargo, positiva, porque "al menos ahora sabe quiénes somos, qué hacemos. A finales de año pediremos otra reunión en la que presentaremos de forma más contundente lo que pretendemos: un modelo de gestión de la antigua prisión alternativo, autogestionable y autofinanciable".

El edil del PSOE Jesús Fernández, por su parte, criticó la actitud del Gobierno municipal frente al Ágora. El socialista afirmó ayer que "la visión de Negreira es que el Ágora va a costar medio millón de euros en mantenimiento. En los barrios donde veíamos capacidad de dinamización, Visma, Os Mariñeiros, Agra..., ellos ven solo un gasto sin saber qué hacer con él".