La de más vale tarde que nunca ha sido la filosofía del sacerdote Eladio Varela durante los últimos 22 años, tiempo que lleva como párroco de los Santos Ángeles y tiempo que tanto él como sus feligreses han esperado por el nuevo templo de Elviña. "El día de San Fermín de 1989 entré como párroco y ya se estaba tramitando la construcción de la futura iglesia", recuerda el padre Varela, que achaca a "problemas con la escritura del terreno" el letargo en la llegada de la primera piedra, bendecida por el arzobispo de Santiago y el vicario episcopal territorial el 2 de septiembre de 2010.

Al párroco le gusta imaginarse la nueva iglesia como un templo con espacio para vecinos y entidades socioculturales. Quiere que en los Santos Ángeles se celebre algo más que las tradicionales misas. "Hay que buscar cosas que gusten a la gente. Que no solo se venga a rezar, sino también a organizar conferencias y, por qué no, actividades para mayores", sostiene Varela convencido de que "el proyecto lo hará posible".

Y tan "posible". Del nuevo edificio, la parte circular de la planta baja será la destinada al templo y, el resto del espacio, albergará el centro para los mayores del barrio, una capilla de diario, zona de confesionarios, sacristía y despachos parroquiales. Los almacenes parroquiales, los trasteros y hasta tres aulas de catequesis, junto con un habitáculo para Cáritas, tienen su lugar en el sótano; y, ya la punta del triángulo diseñado por el arquitecto Carlos Rosón para recordar la explicación gráfica que daba el catecismo sobre la Santísima Trinidad, queda "un gran hueco", explica el párroco, para oficinas parroquiales, el centro de Cáritas y "salones para distintas actividades que quieran organizar vecinos y asociaciones".

La idea del triángulo equilátero con un ojo en el centro -hecho realidad por medio de una planta circular- ha gustado mucho, "desde el principio", al padre Varela. "En lo que sería el ojo de Dios está el centro de culto, de ahí que sea redondo, y del mismo sobresalen las puntas del triángulo, con una especie de viseras en el exterior para proteger a los feligreses de la lluvia y del sol y que no tengan que irse corriendo para casa una vez concluye la Eucaristía", explica el sacerdote, "encantado" de que el nuevo templo sea también "un centro de reunión en el que los vecinos puedan charlar".

El párroco de los Santos Ángeles cree que el hecho de que los feligreses lo feliciten cada día "por lo bien que está quedando la nueva iglesia" animará a la gente a retomar la parte práctica de su condición religiosa. "Está claro que hay un descenso grande en la práctica religiosa, pero no solo aquí o en el resto de España, también en toda Europa", reconoce el cura, y añade: "supongo que es por los tiempos que tenemos en el mundo que nos ha tocado vivir. A veces parece que buscamos el bienestar y nos olvidamos del resto".

El inmueble ha sido levantado, en la plaza Luis Seoane, sobre una parcela de 3.140 metros cuadrados propiedad de la Iglesia Católica para sustituir al local que, desde 1982, daba techo a la sede de la parroquia de los Santos Ángeles en Elviña.