El fotógrafo y científico Luis Monje lleva décadas trabajando con el objetivo de enseñar en el papel lo que el ojo humano no puede captar. La exposición Capturando lo invisible, que fue inaugurada ayer en la Casa de las Ciencias, muestra diez ejemplos en forma de instantánea de la labor de este artista del conocimiento.

Mediante técnicas de invención propia y formatos como la fotografía forense y el uso de rayos ultravioletas, Monje expone en el más veterano de los museos científicos coruñeses desde una célula a la cabeza de una abeja, pasando por la luna y un inquietante escorpión fluorescente.

La llegada de esta exposición a la ciudad se debe al empeño del director de la Casa de las Ciencias, Marcos Pérez: "Coincidí con Luis Monje en un jurado, y me pareció muy interesante tanto su perspectiva como el catálogo de imágenes que posee. También me fascinó su exploración de las nuevas formas de mostrar lo invisible".

El afán y la curiosidad de este investigador fotográfico -que dirige el gabinete de dibujo y fotografía científica de la Universidad de Alcalá de Henares- le ha llevado a colaborar tanto con la Policía, por sus trabajos de fotografía forense, como con zoólogos y astrónomos.

"Le pedimos a Monje que, para esta exposición, seleccionara diez ejemplos paradigmáticos de su trabajo -explicó Pérez-, además de diez textos explicativos, que él mismo redactó, en los que habla de la relación entre ciencia y fotografía".

Luis Monje, que afirmó estar "muy contento" de poder presentar su instalación, explicó alguna de las técnicas que empleó para inmortalizar sus microscópicos modelos. Para la larva Wohlfahrtia magnifica que protagoniza el ejemplo de la técnica fotomacrografía, el científico tomó una serie de 85 fotografías, con una aproximación de milésimas de milímetros entre cada una, que luego reunió en una sola instantánea: "Las superpuse con un programa matemático ucraniano, que permite que la imagen se pueda ver en relieve, en tres dimensiones, si se desea".

Otra de las hazañas gráficas de las que podrán disfrutar los visitantes de Capturando lo invisible es una cabeza de abeja, obtenida mediante fotomicroscopía electrónica. "La realicé mediante una técnica de barrido, y en vez de luz, se ilumina con electrones, porque tiene mucha más resolución -confesó Monje-. La realizamos con el microscopio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, y tiene 30.000 aumentos".