Lo vintage está de moda, incluso entre delincuentes, que recurren a clásicos como el timo de la estampita o el de los billetes tintados para sobrevivir. La Policía Nacional asegura que este tipo de engaños aumentaron en la ciudad, al tiempo que advierte de que nadie da "euros a céntimos". Los agentes aconsejan a los ciudadanos que adopten "las máximas precauciones" para evitar ser víctimas de estos delitos.

La Comisaría Provincial de Policía sostiene que los timos más habituales son: el de la estampita, el del familiar, el de la mancha y el de los billetes tintados. El primero consiste en que uno de los implicados, generalmente una mujer joven con aspecto de discapacitada, se acerca a la víctima para enseñarle unos papeles que en apariencia son dinero. Con ayuda de otros compinches, normalmente un hombre y una mujer, enredan al perjudicado para conseguir que les entregue la mayor cantidad de dinero posible, joyas u objetos de valor para cambiárselos a la discapacitada por sus estampitas, que son dinero falso. Dentro de este timo, según el 091, hay otros similares como el de la herencia o la limosna.

La Policía Nacional informa de que en el engaño de la mancha los delincuentes siguen a la víctima cuando acaba de retirar dinero en una sucursal bancaria. Durante el trayecto, uno de ellos le mancha la ropa con un líquido maloliente o un huevo, y el otro, ofrece su ayuda para limpiarla. El ladrón aprovecha el desconcierto del afectado para robarle el dinero mientras le limpia su vestimenta.

Para cometer el timo del familiar, el delincuente escoge un edificio en el que abundan las personas mayores y se presenta a uno de los vecinos como el pariente de otro residente en el edificio al que dice que hospitalizaron de urgencia. Con esa disculpa, pide utilizar el teléfono y, después, dinero para el taxi o permiso para ir al baño. En cuanto la víctima se despista, roba algunos de los objetos de la vivienda. La estafa de los billetes tintados consiste en que los timadores, generalmente africanos, contactan con un empresario y le piden dinero para destintar unos billetes que resultan ser falsos.