Cuatro meses después de que la madre y hermanos de Carlos González Garcés le otorgasen a este un poder para operar con la finca familiar de A Barresca en San Amaro, el exconcejal la vendió a la inmobiliaria Fadesa por un importe realmente elevado incluso para aquella época de boom del ladrillo: fueron 1.482.342,26 euros. La finca vendida tenía una superficie de 3.488,70 metros cuadrados, lo que significa que a la familia González Garcés le pagaron el metro cuadrado a 425 euros.

El Concello y la Xunta valoraron terrenos ubicados en la misma zona que el de Garcés y en los alrededores, a la hora de expropiarlos en 1998 para ejecutar el paseo marítimo, a 11,36 euros el metro cuadrado. Si se realiza una comparación, Fadesa abonó a la familia Garcés 37 veces más del valor que el Concello le otorgó a los terrenos de este ámbito en 1998 a la hora de expropiarlos a 11,36 euros. Extrapolando datos, la finca del ex responsable de Fiestas resultó revalorizada en un 3.600% tras ser recalificada, dotada de una edificabilidad que no tenía y salvada de la expropiación.

En el contrato de compraventa entre Fadesa y la familia Garcés se estipuló el pago de los 1,4 millones de euros en tres plazos: 188.286 euros ya habían sido pagados; 60.101 debían abonarse antes de constituir la escritura pública de compra venta; y el tercer plazo, 1.233.954 euros, era una cantidad sin fecha exacta de pago.

De los 1,2 millones del tercer abono, 616.977 euros acordaron que debían entregarse a los seis meses de la aprobación definitiva del proyecto de compensación de la urbanización de San Amaro; y otra cantidad similar a los tres meses de la aprobación definitiva por parte del Concello del segundo de los polígonos de San Amaro en los que se materializó el aprovechamiento urbanístico por la finca del exedil.

La cifra de venta en la escritura de 2000 se dice que fue 1.482.342,26 euros, pero en una escritura notarial del 28 de octubre de 2008 consta que el precio de la operación fue de 1.638.347,87 euros. En dicha escritura también se detalla que la edificabilidad correspondiente a la finca de Garcés se materializó en 2.560,287 metros cuadrados de edificabilidad en el polígono 1; y 724,02 metros en el polígono dos de San Amaro.

El contrato de compraventa entre Fadesa y los González Garcés firmado en febrero de 2000 incluyó una cláusula peculiar: "En caso de que la edificabilidad finalmente atribuida a la finca objeto de compraventa sea mayor o menor que la tenida en cuenta para la fijación del precio, esto es, 4.277,35 metros cuadrados, el precio de esta compraventa se ajustará proporcionalmente, a cuyo fin se aumentará o reducirá la cuantía del último aplazamiento (apartado C.2) a razón de 60.000 pesetas el metro cuadrado de edificabilidad en que consista en exceso o defecto respecto de la edificabilidad prevista".

Es decir, que Garcés vendió por un precio que no fue fijo, sino que se acordó que la cifra final aumentaría o bajaría según la edificabilidad que le otorgase el Concello para la finca, una condición que Fadesa aceptó.

El exconcejal vendió el terreno a la inmobiliaria el 22 de febrero de 2000 y dos días después todos los propietarios de la urbanización de San Amaro, incluida ya Fadesa como reciente nueva propietaria, firmaron la escritura notarial de agrupación de las fincas (una única finca se tramita más rápido).

La superficie agrupada sumaba en total 49.836 metros cuadrados y la valoraron en 6.350.771 euros, es decir, a 127,43 euros el metro, menos de la tercera parte del valor al que vendió Garcés (425 euros). O por lo menos, es el valor que los propietarios declararon notarialmente a efectos fiscales.

A la firma de la escritura notarial asistió el propio González Garcés pues no dejó de ser interesado a pesar de vender, por culpa de la peculiar condición de pago aplazado y condicionado a la edificabilidad final que le impuso a Fadesa, y que además retrasó y frustró durante varios años toda la operación de construcción de la urbanización a 500 metros del faro romano.

Los promotores de la urbanización del Agra de San Amaro agruparon fincas en una sola en el año 2000 pero la tramitación se demoró años y hasta 2004 no aprobaron los estatutos y el proyecto de compensación lo aprobó la Junta de Gobierno en 2008.

Cuando los propietarios, la junta de compensación, quisieron realizar la parcelación y acudieron al Registro de la Propiedad para inscribir los solares de resultado, el registrador se negó a hacerlo porque no podía inscribir una finca de resultado cuando la finca de origen contaba con una carga.

En el contrato de compraventa se hizo constar expresamente que la finca tenía como carga la condición resolutoria por falta de pago aplazado, es decir que si Fadesa no abonaba el último plazo del precio a los Garcés, la participación indivisa revertirá en la familia. A día de hoy aún no se abonó el último pago.

La negativa del registro a inscribir las parcelas debido a la carga de la finca que compró Fadesa a Garcés y que si no pagaba totalmente revertiría de nuevo en la familia, fue tema de debate en las asambleas generales de la junta de compensación de los propietarios en marzo y julio de 2008 y en mayo de 2009.

Este impedimento les trajo muchos perjuicios: al no poder registrar las fincas como solares independientes el conjunto de parcelas seguían apareciendo como una sola parcela en régimen de división horizontal, y a día de hoy así figuran en el catastro.

Esta situación (que Garcés quisiese esperar por el importe final por si el Concello le daba más edificabilidad) les causó tal problema a los promotores que dos de las promotoras propietarias en el sector, Sobresga y Galitorre, en un documento notarial de 28 de octubre de 2008 acordaron con Fadesa que ellas abonarían 156.005,61 euros del total de 772.983 euros del tercer y último pago que Fadesa debía al exedil.

Las tres promotoras también acordaron que el dinero se abonaría en los tres meses siguientes a la inscripción del proyecto de compensación en el registro o al menos antes de los siete meses y medio siguientes a la fecha del acuerdo.

Sin embargo, en la asamblea general de la junta de compensación del 20 de mayo de 2009 las tres promotoras expusieron que estos 772.983 debían ser costeados entre todos las propietarios (es decir, que todos debían asumir la deuda de Fadesa con la familia Garcés).

El 70% de asistentes a la asamblea acordó pagar la deuda pero los pequeños propietarios disconformes recurrieron este acuerdo de la junta ante el Concello sin que éste resolviese por ahora. La junta de compensación además, logró que finalmente el registrador inscribiese los solares independientes.

Fadesa aún no efectuó el último pago por la finca de la familia Garcés, según el mismo concejal declaró ayer, pero la inmobiliaria ya no es la propietaria del terreno. Fue comprada en diciembre de 2009 por la sociedad Tabeirós Gestión Global de Inmuebles, SL, del Banco Pastor.