Desde un piloto de aviación de la guerra civil española sin memoria que localizó a su familia gracias a los programas de televisión Quién sabe dónde y Se busca, hasta alcohólicos o enfermos de párkinson. Por el Hogar de Sor Eusebia han pasado usuarios de todo tipo y sus responsables, orgullosos de la actividad solidaria que desarrollan en la ciudad, celebrarán el próximo 26 de noviembre a las 18.00 horas su vigesimoquinto aniversario.

El acto, en el que participarán los miembros de la entidad y al que estarán invitados representantes de la Diputación y del Ayuntamiento, pretende rendir homenaje a los coruñeses, a las empresas y a las instituciones que colaboran con el proyecto. Los asistentes podrán disfrutar de una representación teatral y de una actuación musical. "La razón de celebrar el aniversario es agradecer la colaboración anónima y desinteresada a todas las personas que a lo largo de este tiempo nos han permitido seguir adelante, desde aquellos que llegan inesperadamente por la puerta y nos traen ropa para nuestros chicos hasta las panaderías que nos regalan el pan y la repostería o los socios que pagan sus cuotas", indica la administradora del Hogar Sor Eusebia, Begoña Folgar Alvedro.

El centro, que se fundó el 24 de diciembre de 1986, comenzó a funcionar en una pequeña casita de alquiler situada al lado de la Torre de Hércules. Nueve años después, sus fundadores lo trasladaron a las instalaciones de Bens donde permanece abierto. A la celebración del aniversario del centro asistirá uno de sus fundadores, José Vicente Martínez Rico, de 72 años, que es el presidente de la asociación. Los otros dos fundadores -Carmen Rodríguez-Losada Trulock y Heliodoro Vicente Rodríguez- fallecieron. Carmen Rodríguez también apostó por la creación del Hogar Santa Lucía para mujeres, situado a 200 metros del de Sor Eusebia.

La ocupación de la que dispone el hogar, según su administradora, está al máximo durante casi todo el año. La entidad tiene espacio para acoger a 62 personas, a las que distribuye en habitaciones individuales, dobles y triples.

Los usuarios de las instalaciones disponen de un pequeño jardín y de una huerta donde algunos de ellos cultivan cebollas, tomates y hortalizas. "También tenemos una perrita y una capilla. La intención es que este sea el hogar, la familia de quien no la tiene", destacan los coordinadores del hogar, quienes informan de que el centro se financia a través de las cuotas de sus asociados, de las subvenciones de las administraciones públicas, de las aportaciones de los residentes que cuentan con algún ingreso, y de las donaciones de algunos vecinos de la ciudad.

El Hogar Sor Eusebia sostiene que tiene muy presente el tercer artículo de sus estatutos: "Dentro de las clases bajas y pobres, económicamente hablando, existe un último grado en el que sus condiciones de vida son infrahumanas. Estos son los llamados mendigos. La sociedad los ignora, y ellos aceptan y se adaptan a esa vida con tal resignación que solo tal concepción debiera estremecer a cuantos nos sentimos orgullosos y felices por nuestra condición humana".