A los recortes sociales aplicados por las administraciones públicas se suma, en opinión de los propios afectados por el tijeretazo, la actitud de políticos y responsables de fondos públicos que, dicen, "deja mucho que desear". El responsable de la demarcación gallega de Arquitectos Sin Fronteras, Emanuele Lini, critica no solo la disminución de las ayudas a la cooperación y el desarrollo, sino también la desinformación y el proceder de los recortes. "Se hacen de forma bruta y sin avisar con antelación a ONG que tienen que poner en marcha sus proyectos mientras esperan a que se resuelvan convocatorias, como la de acción humanitaria, y se encuentran con que las suspenden (las ayudas) cuando la mitad del trabajo ya está hecho", denuncia.

Lini tiene "muy claro" quiénes sufren las consecuencias de los recortes en el ámbito de la cooperación internacional. "Las personas más afectadas siempre son los hombres y mujeres más desfavorecidos. Se trata de una especie de crisis endémica que se agudiza cuando no puedes promulgar el desarrollo participativo a través de tus proyectos", explica, al tiempo que lamenta que las iniciativas que entidades como Arquitectos Sin Fronteras logran mantener sean "cada vez más cortas". "En cooperación al desarrollo necesitamos tiempo para que la intervención sea sostenible, y en solo doce meses resulta casi imposible", subraya.

Aunque dice entender que "todo el mundo vive tiempos difíciles", Lini asegura que la entidad que representa no va a rendirse. "No nos daremos por vencidos. Seguimos intentando movilizar a la población, presentamos quejas al Valedor do Pobo e incluso un recurso contencioso-administrativo", explica.

Al recorte de ayudas, el aumento de la competencia entre ONG por conseguir fondos y la progresiva disminución de los fondos de las organizaciones que cooperan para el desarrollo se suma, tal y como subraya Lini, "la verdadera pesadilla que supone que acepten las justificaciones de las subvenciones". "Cada vez lo ponen más difícil y las barreras son mayores", denuncia. Un ejemplo de "lo mal que está la situación", apunta, es "el cese del delegado de Educación sin Fronteras y de Intermón Oxfam en A Coruña". "Quienes han sido críticos con los recortes han sido liquidados, simplemente por su actitud", lamenta.

Lini considera que "visto lo visto", entidades como Arquitectos Sin Fronteras "deben adquirir nuevos retos estratégicos como crear alianzas con otras ONG o consorciarse para ejecutar proyectos". El inconveniente, indica, "es que las subvenciones y los fondos serían bastante inferiores".

Los recortes ejecutados por las administraciones afectan también al voluntariado. "Desde la sede central me comentan que registran un aumento en la devolución de activos de los socios y, en A Coruña, hay más solicitudes de alta de voluntarios que dicen que ahora que están en paro tienen más tiempo, pero al final no se concreta nada porque, obviamente, la búsqueda de empleo es lo primero", explica Lini.

La mentalidad de quienes argumentan que "no tiene sentido" ayudar en el exterior cuando el país en el que residen "también está mal", no es válida para quienes cooperan desde Arquitectos Sin Fronteras. "La gente no debe olvidar que cuanta más injusticia social hay en el mundo, más hay en su país. Sería como retroceder, a nivel ético, a antes de 1948, con la declaración de los Derechos Humanos", sostiene.