Primero el alcalde, Carlos Negreira, afirmó que el Ayuntamiento negociaba con los promotores del Agra de San Amaro una compensación por no permitirles construir a escasos metros de la Torre de Hércules, pero ahora los propietarios niegan las conversaciones y las aplazan hasta tener lista una valoración de sus terrenos, para exigir una indemnización económica o una permuta. Ante tal situación, el BNG tercia para exigir al alcalde que aclare si negocia o no con los promotores: "O bien miente Negreira o bien los promotores".

Todavía no hay ni principio de acuerdo entre ambas partes y los nacionalistas advierten de que no tiene por qué haberlo. "El alcalde debe defender el interés público de la ciudadanía y no el bolsillo de un grupo de promotores", critica el portavoz del grupo municipal, Xosé Manuel Carril, que argumenta su postura en que la junta de compensación no patrimonializó en plazo su aprovechamiento urbanístico y en que los dos estudios de detalle del polígono son "manifiestamente nulos de pleno derecho". Ante esta situación, el BNG exige al Gobierno local que revise de oficio los documentos urbanísticos -tanto los estudios de detalle, que datan de 2000 y 2001- como el proyecto de compensación -aprobado en 2008- para comprobar su validez. Si no lo hace, advierte Carril, se podría acusar al Ejecutivo municipal de "prevaricación omisiva".

Los nacionalistas sospechan que no se analizan los instrumentos de planeamiento porque fue el ahora director de Urbanismo, César Otero Grille, el que los redactó para la junta de compensación. Afirman que los errores están en la vulneración de la jerarquía normativa que justifica los estudios de detalle y en que no tienen los informes previos de la Consellería de Cultura, necesarios por estar en el entorno del faro romano. Consideran que esta defensa del arquitecto nombrado por Negreira como responsable municipal motivó también el rechazo a una moción sobre el asunto presentada en el pleno de octubre.

En todo caso, sea cuál sea la razón que invalide el polígono, el BNG reitera que "no se debe dar ni un solo euro" a los promotores, ya que la urbanización, añade, "fue resultado de un pelotazo ordenado mediante estudios de detalles nulos de pleno derecho".