Dice que no quería estar sola, que no le gustaba ese futuro para ella, así que, se lo pensó y decidió, ya no se acuerda si hace "ocho o diez años", instalarse en la residencia La Ciudad, de Novacaixagalicia. Conserva su viejo Citroën Saxo y sigue pendiente de la política, la exalcaldesa Berta Tapia tiene todavía el sueño de irse a China.

-¿Cómo tomó la decisión de venirse a vivir a una residencia?

-Vine muy contenta y contenta estoy de haber venido. Ya soy veterana. Para mí, ahora, mi casa es esta. Fue una decisión que tomé con tiempo. Soy soltera y no tengo hijos. Tengo hermanos y, aunque estoy muy unida a ellos, cada uno tiene su familia. No quería estar sola y, económicamente, se me hacía muy difícil mantener a una persona conmigo todo el día.

-¿Y por qué esta y no otra?

-Fui consejera de la Obra Social de Caixa Galicia hace muchos años y conocía la residencia, siempre pensé en ella, aunque nunca se lo dije a nadie. Estoy muy unida a la Ciudad Vieja y muchas de las amigas de mi panda viven por aquí.

-¿Cómo fue la adaptación?

-Yo empecé a trabajar a los 18 años, mis padres se murieron jóvenes y yo era la mayor, así que me tocó tirar de la familia. He convivido con mucha gente también en el trabajo, así que me adapté bien.

-¿Sigue la política actual?

-Participo en la política como ciudadana normal y corriente. Me interesa relativamente, soy poco adicta a la política y a los partidos.

-¿Pensaba cuando fue alcaldesa que ni siquiera el siglo XXI le traería una sucesora?

-Me gusta la política, la he vivido siempre pero los años son los años y la política tienen que hacerla los que tienen toda la vida por delante y no los que nos estamos despidiendo. En mi época había una alcaldesa en Vigo y me acuerdo que nos reunimos las dos, como algo extraordinario. Siempre me gustó que hubiese mujeres y en mi época de Falange y de la Sección Femenina nos implicaban mucho.

-¿Cómo es un día en su vida?

-Hago las mismas cosas que hacía antes. Sigo con las mismas actividades y me gusta ayudar a organizaciones que tienen un compromiso social, ahora, incluso, hago más cosas, porque tengo todo el tiempo para mí, no me preocupo por nada. Mi objetivo las mañanas de verano es darme un baño. Yo he sido muy de Riazor, pero ahora el agua me resulta muy fría, sigo teniendo mi coche, es el cuarto y será el último. He recorrido media Europa y toda España, así que, ahora, voy a Mera y poco más. Después de comer descanso, siempre lo he hecho y, por la tarde, quedo con mis amigas y aprovecho la oferta cultural de la ciudad. Al final, nunca me llega el tiempo para nada. Lo principal es tener interés y que te gusten muchas cosas, a la gente que le sobra el tiempo es porque ha perdido las ganas de hacer cosas. Creo que, si tienes aptitudes, lo justo es ofrecerlas a los demás.

-¿Qué le queda por hacer?

-Me gusta mucho viajar, pero ya no eso de conocer mundo, de andar mucho y levantarse a las ocho. El esfuerzo que me causa es mayor que la satisfacción que me produce, así que prefiero no ir. Me gustaría conocer China por su cultura milenaria, pero no me interesan la selva ni el Amazonas, me gusta la naturaleza, pero ya vi bastante.