El sacerdote Carlos García Cortés ve más allá de las iglesias como los edificios que son. Se fija en su historia, en cómo fueron construidas y por qué. Ha escrito el libro Templos coruñeses, en el que analiza cada una de las 67 iglesias de la ciudad, busca su relación con la historia, con el arte y con el culto.

-¿Por qué se decidió a hacer un libro sobre los templos coruñeses?

-Es un poco raro, ¿verdad? Los grandes templos de A Coruña figuran en todas las guías, libros de historia y enciclopedias. Son edificios públicos de arte históricos. Si barremos todos los templos de la Ciudad Vieja nos quedamos sin A Coruña. Unos compañeros me dijeron que sería bueno hacer una guía de los templos de la ciudad para que fuesen conocidos más allá de esos seis o siete que salen siempre en los libros. Estudié el tema y pensé: "No vamos a hacer una guía, que para eso ya hay empresas especializadas; vamos a hacer un libro que pueda leer cualquiera, con aspecto de guía, pero que trate de la historia de la Iglesia en A Coruña desde el siglo XII". Es la historia de ocho siglos de las instituciones que han ido levantando templos. Ahora estamos acostumbrados a que los templos los levanten las parroquias o los monasterios o conventos; pero antes había un montón de hospitales, instituciones, gremios, cofradías, hasta el antiguo Consulado del Mar, que también tenían sus templos. Quedan algunos de instituciones civiles que no se conocen en la ciudad. Es un catálogo de más de 60 templos, algunos desaparecidos, otros que no están abiertos al público, pero que son significativos de las instituciones que los han levantado.

-¿Cuáles son los templos más llamativos?

-En un catálogo de 67 es muy difícil, pero hay seis o siete que siempre salen en las guías: San Jorge, San Nicolás... Los de la parte más antigua de A Coruña. Estamos hablando de una ciudad que, hace un siglo, tenía cinco parroquias y que hoy tiene 37. El crecimiento es impresionante porque cada una de esas parroquias ha tenido que hacer su templo. Algunas, muy poquitas, están todavía en bajos de edificios porque la mayoría ha ido construyendo ya sus templos con los estilos actuales. Hace dos meses se inauguró el último templo de la ciudad. La historia de esas parroquias nuevas tiene que estar en algún sitio, porque no sale en las guías.

-¿Es más complicado ahora que antes levantar un templo?

-Hoy las iglesias se construyen rápido porque hay sistemas de edificación y de financiación que antes no existían.

-Parece que cuesta llenarlos.

-Depende. Yo celebro misa todos los domingos en una parroquia de A Coruña y está siempre al tope. A las doce de la mañana hay siempre 500 personas en San Antonio (en la avenida de Finisterre, 256). Está dentro de un edificio, pero es una iglesia con sus naves y todo.

-¿Qué zona tiene más iglesias?

-Con respecto al núcleo, la Ciudad Vieja, porque tiene seis en muy poco espacio y hoy lo dirige todo una sola parroquia. Es la que más tiene históricamente, pero la que más templos tiene es la zona del antiguo Ayuntamiento de Oza. El año que viene se cumplirá un centenario de su anexión a A Coruña y, desde entonces, se han hecho más de veinte parroquias en esta zona.

-¿Cuáles son los templos que, a pesar de no salir en las guías, son importantes en la ciudad?

-Se han hecho iglesias nuevas con criterios arquitectónicos distintos. Han cambiado las ideas estéticas y, en el siglo XX, se puso de moda el estilo ecléctico. San Andrés imita a las iglesias medievales pero se construyó en 1890. Santa Lucía es de la misma época y es un buen ejemplo de la arquitectura ecléctica, además de ser un gran templo de puertas para dentro, con buenas piezas de arte. La iglesia de los jesuitas, los que somos mayores la recordamos con una torre neogótica, hoy forma esquina en Juana de Vega con Fonseca, es una iglesia de una estructura distinta, semicircular, para que la gente pueda ver y participar. La de Os Rosales se inauguró hace tres años con estructura cúbica, de color oscuro, y casi sin símbolos religiosos, solo una cruz. La de Monte Alto es como una tienda de campaña, se hizo en los años setenta, viendo al mar. A lo mejor a un visitante no le seduce demasiado, pero a otro tipo puede llamarle la atención que un edificio hecho con la intencionalidad de los templos antiguos adopte formas diferentes.