"Elegimos el guerrero de la Domus porque está mirando para la bahía, muerto de frío, y pensamos que una túnica de colores podía ser un buen regalo de Reyes", explica Lucía Ruiz de Aguirre, una de las impulsoras de la iniciativa de vestir con ganchillo los emblemas de la ciudad. Es diseñadora de la firma Peka's World y forma parte del grupo coruñés de Yarnbombing, que es un proyecto a nivel mundial.

La de ayer, la de vestir al guerrero de la Domus con una túnica hecha a mano, fue su primera acción. No será la última y es que el grupo pretende realizar una intervención en la ciudad cada dos meses, incluso ha pensado en participar en propuestas a nivel estatal, para llevar el ganchillo y la artesanía a diferentes puntos de la geografía española durante el mismo día.

El guerrero de la Domus estará abrigado durante toda esta semana. Lo que empezó siendo un movimiento ilegal, de reivindicación de lo hecho a mano frente a la industrialización actual, se ha convertido, con el paso de los años, en una nueva manera de entender el arte urbano. Las intervenciones de Yarnbombing que preceden a la del guerrero de la Domus vistieron con hilos de colores tanques de guerra, árboles y autobuses, cualquier cosa que pudiese llamar la atención de los paseantes y que llevase el mensaje del proyecto más allá de sus límites geográficos.

El curioso movimiento artístico nació en Holanda en 2004 y, desde entonces, se han desarrollado iniciativas por todo el mundo. Es una manera de entender el arte y la reivindicación, como lo puede ser el grafiti, aunque menos invasiva. Las piezas de ganchillo pueden ser retiradas en cualquier momento, no dejan marcas y, a diferencia de la pintura en una pared, pueden transformarse y reutilizarse.

"El guerrero era abarcable, no somos doscientos, que somos poquitos, así que teníamos que elegir un monumento que pudiésemos vestir", explica Ruiz de Aguirre. En este proyecto, que cuenta con 144 cuadrados de ganchillo de 20x20 centímetros cada uno, han participado además miembros del movimiento con base en Zaragoza, Toledo, Sevilla y Valencia. El objetivo del grupo coruñés era modificar de alguna manera la visión que los vecinos tienen de la bahía, el guerrero romano se ve desde todos los puntos y se encuentra dentro de la red de Museos Científicos Coruñeses, por lo que le hacía un candidato perfecto para lucir el primer trabajo del grupo coruñés.

El montaje se realizó dentro de la Domus, así que los visitantes que estaban en el museo, a eso de las cuatro de la tarde, pudieron ver cómo se coordinaba el grupo para que los pequeños cuadrados de ganchillo se convirtiesen en una túnica pegada al cuerpo de bronce que, un día, salió de las manos de Botero.

A este acto se unió también la concejal de Cultura, Ana Fernández, y es que, a pesar de que el movimiento comenzó haciendo intervenciones ilegales y con un espíritu reivindicativo, han sido muchas las instituciones que se han ido sumando a este nuevo concepto de arte urbano, entre ellas el Concello, a quien pertenece la titularidad de la estatua.

El grupo coruñés de Yarnbombing surge a raíz de las quedadas Crochet & friends, donde los artesanos se reúnen para desarrollar y compartir sus conocimientos de ganchillo. El grupo cuenta con una veintena de miembros.

Habrá más intervenciones, aunque las misiones del grupo son "ultrasecretas", según explica Lucía Ruiz de Aguirre.