Los vecinos de Os Castros se quejaron ayer de la polvareda que levantó ayer la descarga de un cargamento de 25.000 toneladas de harina de soja que traía un barco a la ciudad. Algunos de los residentes sufrieron, incluso, problemas respiratorios ya que los restos de la mercancía se quedaban en el aire y llegaban hasta sus casas y se metían en sus habitaciones.

La Autoridad Portuaria defendió ayer que la manera en la que se realizó la descarga fue la correcta y la habitual y achacó a la composición de la harina de soja su volatilidad. Para solucionar este problema, los operarios del puerto y de la empresa encargada de realizar la descarga regaron el suelo del muelle del Centenario y lanzaron también agua al aire para crear una lluvia artificial que mojase las partículas, las hiciese pesadas y las tirase al suelo, para evitar que saliesen del recinto portuario.

El cargamento de harina de soja se extrajo de un barco -que estaba amarrado en el muelle del Centenario- con un sistema ecológico, que tiene un aspirador especial para evitar que las partículas de la mercancía pasen al aire, algo que, ayer, a pesar de todo, no se consiguió. El segundo paso de la descarga es el que lleva la harina de soja hasta una cinta transportadora y, el tercero y último es ya la entrada de la mercancía en una de las naves del muelle.

Un portavoz de la Autoridad Portuaria aseguró ayer que todos los pasos de la descarga habían funcionado bien y que el procedimiento había sido el que se sigue "habitualmente" y achacó a la composición de la harina de soja su volatilidad.

El presidente de la asociación de vecinos de Oza-Gaiteira-Os Castros, Paulo Sexto, se queja de que ha pedido una reunión con el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, para hablar sobre los problemas que ocasionan en el barrio las descargas de productos volátiles. "No tenemos ninguna respuesta", se quejó ayer el presidente de la asociación, Paulo Sexto.

"No pararemos hasta que las descargas se realicen en un circuito cerrado, para minimizar su impacto en el entorno del puerto, especialmente en lo que atañe a la salud de los vecinos. Es una lucha que viene de lejos y que esta asociación no dejará mientras el problema persista", explicó ayer el presidente de la entidad vecinal.

Sexto se queja de que las descargas se sigan haciendo en los muelles urbanos de la ciudad, aun cuando en otros puertos españoles se realizan de otras maneras para evitar que queden partículas de los graneles sólidos descargados suspendidas en el aire. La Autoridad Portuaria se defiende diciendo que, para evitar este tipo de incidentes, es para lo que se ha construido el puerto exterior y que, cuando empiecen a funcionar sus instalaciones, se solucionarán todos los problemas de los vecinos de Os Castros.

Los residentes en las cercanías del muelle del Centenario se quejaron, durante toda la mañana, de que había una nube de partículas procedente de una descarga de cereales que les estaba causando problemas respiratorios.