Pese al recorte de fondos destinados a la investigación en las universidades -un 3% en el caso de A Coruña- la inventiva de los creadores no está en crisis y cada año aumentan la demanda y la adjudicación de patentes a proyectos de la Universidade da Coruña (UDC). El organismo ha tramitado 104 solicitudes de patentes nacionales y otras cuatro en Estados Unidos, de las se han concedido un total de 71. La directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), Pilar Pintor, indica que están en fase de evaluación una treintena de inventos y un modelo de utilidad. Este último, sin ser algo novedoso, mejora algo que ya existe y se sumaría a los dos explotados por el campus.

El número de concesiones en la última década se ha duplicado, al pasar de las 34 de años anteriores a las 71 de los últimos diez años. Desde la crisis también se ha incrementado la demanda de patentes por parte de los grupos investigadores hasta en un 50%. Esta licencia ofrece protección para la invención a su titular durante un periodo de veinte años sin que pueda ser creado, utilizado o distribuido sin su consentimiento.

Algunas de las creaciones patentadas han podido salir del laboratorio al mercado y ya son once las empresas basadas en resultados y con participación de expertos de la institución académica. La Universidad, según explica Pintor, es socia de una de las entidades para fomentar la relación entre el conocimiento y el emprendimiento, y colaboró en la puesta en marcha de negocios promovidos por los alumnos a través del vivero de empresas de base tecnológica de la UDC.

Solo una mínima parte de las patentes se gestiona en el territorio nacional y, para aumentar, esa proporción se han enviado formularios a diferentes países europeos y también a Estados Unidos, India, China o Brasil. La investigación de la Universidad abarca muchas áreas del conocimiento pero, como aclara Pintor, el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) junto con otros como la ingeniería industrial, la ingeniería civil, la biotecnología o la medicina copan la mayoría de las licencias. "Se trata de áreas con gran aplicación industrial que están en constante evolución y por eso los estudios se dirigen a estos campos", indica la responsable de la OTRI. Este carácter tecnológico de la institución explica que se hayan realizado aparte de las patentes unos 78 registros de software.

La mayoría de los descubrimientos protegidos son resultado de proyectos llevados a cabo a largo plazo y financiados con convocatorias públicas y recursos humanos y técnicos de las universidades. Los profesionales que quieran patentar sus trabajos deben comunicárselo a la OTRI y esta a su vez remite las solicitudes a la Oficina Española de Patentes y Marcas o al departamento encargado de esta tarea en otros países. En caso de que se apruebe la petición, la Universidad sería la titular de las patentes y los creadores figurarían como autores. Pintor reconoce que desde que se manda la propuesta pueden pasar años hasta que se otorga la patente, un periodo que puede prolongarsemás "si la memoria técnica no está completa y no concreta la novedad de la tecnología respecto a otras que ya existen".