Con más de 8.000 entradas vendidas, el músico estadounidense Lenny Kravitz desplegó ayer en el Coliseum de A Coruña su escenario de 34 toneladas y una colección de temas de su último disco, Black and white America, sin olvidarse de aquellos éxitos que le han proporcionado fama mundial, como American woman e It ain't over 'til it's over.

Antes de Kravitz, sobre las 20.45, los DJ Candela, Nano y Fonsi Nieto calentaron los ánimos e hicieron bailar al público congregado en el recinto coruñés, que abarrotaba el foso -las entradas para esta zona estaban agotadas desde hacía semanas-. Las gradas -zonas donde las entradas costaban 46 y 40 euros- se veían todavía a medio llenar cuando Nieto y compañía salieron a escena, aunque con el paso de los temas el deseo de ver a Lenny Kravitz en A Coruña se hacía patente entre los coruñeses, que comenzaban a poblar los asientos mejor situados.

Salió el artista a las 22.30 horas, con camiseta de tirantes, chaleco y sus inseparables gafas de sol, entre encendidos aplausos del público del Coliseum de A Coruña. Lenny Kravitz tocaba en Galicia por segunda vez en su vida -después de su concierto en Vigo hace cuatro años-; no había actuado nunca en la ciudad y se notó en el recibimiento del público, ansioso por escuchar algunos de los temas más famosos del rock o el blues internacional.

La primera en sonar fue Come on get it, uno de los temas de su último álbum, Black and white America, con el que ha roto su silencio discográfico de tres años. Aquello sonaba potente y para cuando llegó el segundo tema, Always on the run -escrito por Kravitz y Slash, de Guns N'Roses-, y el tercero, el mítico American woman, el público ya coreaba "Lenny, Lenny". Tras el tercer tema, Kravitz, sin decir nada, enseñó su guitarra a un lado y al otro, hizo unas reverencias y soltó un "buenas noches, muchas gracias" en castellano, para seguir, ya en inglés: "Estoy muy contento de estar aquí. Gracias por venir".

Iluminación en blanco y negro, escenografía basada en las formas triangulares, mucho sonido y pantalla trasera que simulaba una montaña de picos blanca que servía como vídeo y mostraba imágenes sensuales del artista con diferentes chicas. Habituados a un Kravitz en trío, en esta ocasión el cantante llegaba con teclados, bajo, batería, guitarra e incluso una sección de viento.

Lenny Kravitz, que a medida que pasaban canciones en su concierto del Coliseum de A Coruña concierto A Coruña se iba despojando de piezas de ropa, se lanzó con el esperado tema It ain't over 'til it's over. Después llegaron Mr. Cab driver y Black and white America. Una de las composiciones más coreadas fue American Woman. Hubo también momento para las baladas como I'll be waiting, con las que Lenny Kravitz se metió en el bolsillo al público que abarrotó el recinto coruñés.