Las consignas se convirtieron en el sonido del cláxon y la marcha a pie se convirtió en protesta sobre ruedas. El colectivo de transportistas, mensajeros y repartidores realizó ayer un recorrido entre el polígono de Pocomaco y la Torre de Hércules para pedir "respeto" a su trabajo y facilidades para su realización a diario en las calles de la ciudad. En el manifiesto que leyeron los profesionales al pie del faro romano se preguntaron si son "trabajadores de segunda" porque denuncian que hay situaciones de tráfico más perjudiciales que las que ellos, por obligación, dicen, provocan que no son sancionadas. Las salidas y entradas a los colegios o los alrededores del estadio de Riazor cuando juega el Deportivo son algunos ejemplos de cuestiones que la Policía Local "consiente" y "asume", mientras que sus vehículos son multados.

Ante esta situación, agravada por las numerosas sanciones que reciben en la Vía Prioritaria Vigilada a través de cámaras, los transportistas piden "flexibilidad" para realizar su tarea diaria y más facilidades por parte del Concello, como la instalación de más zonas de carga y descarga y que éstas sean más amplias. Al Gobierno local le reprochan, además, la "indiferencia" y el "silencio" ante sus reclamaciones y piden una reunión en la que exponer su situación. Mientras, y sin una solución a la vista, animan a la ciudadanía a que respalde la recogida de firmas que han iniciado y que ya registra 300 apoyos.

El grupo municipal del BNG ya ha comunicado su solidaridad al colectivo y presentará una pregunta oral en el pleno de julio sobre sus problemáticas.