En apenas una hora el Blue Marlin y su pasajero, el megabuque Canberra, se despidieron de punta Langosteira y se pusieron en ruta. Tras cinco días de demoras, la plataforma, con la gran nave construida en Navantia a bordo, inició un largo viaje sin escalas que está previsto finalizar en Port Philip, en Melbourne, a finales de septiembre o principios de octubre.

En torno a las ocho de la mañana, tal y como estaba previsto, tres remolcadores se dispusieron alrededor del Blue Marlin para conducirlo a mar abierto, en la primera operación que vive punta Langosteira. A finales del próximo año o principios de 2014, esta maniobra se repetirá con el Adelaide, otro buque hermano del Canberra, construido en Navantia, que fue botado el 4 de julio y seguirá el mismo camino desde el astillero ferrolano.

Melbourne no es su destino definitivo. Allí los astilleros Bae Systems colocarán la gran estructura del puente de mando, antes de ser entregado finalmente al Gobierno australiano. Durante estos días de demora en Langosteira, causada por mal tiempo y "ajustes técnicos", según fuente oficial, se procedió a reparar algunos daños ocurridos cuando se acomodó sobre la plataforma.