La Fiscalía solicita penas de entre cuatro y nueve años de prisión para nueve supuestos miembros de una red de narcotráfico que se dedicaba a comprar cocaína y hachís para después venderla en la comarca de A Coruña. El Ministerio público expone en su escrito de acusación que las fuerzas de seguridad, en las diferentes detenciones practicadas durante la operación con la que se desmanteló el grupo, se incautaron de droga por valor de 311.416 euros y de 21.113 euros en efectivo, así como de diferentes utensilios utilizados para la preparación y la venta de las sustancias ilegales.

El origen de la investigación que llevará a los nueve procesados al banquillo de la Audiencia Provincial la próxima semana tuvo su origen, siempre según el relato de Fiscalía, en un control de carretera practicado por la Guardia Civil en el término municipal de Oleiros. Los agentes dieron el alto a uno de los procesados y, durante las tareas de inspección del conductor y del vehículo, localizaron droga. En concreto, los guardias civiles intervinieron dos tabletas y un trozo de hachís en los bolsillos del procesado y 43 láminas, de 100 gramos cada una, que el acusado llevaba ocultas en un doble fondo bajo la ventanilla trasera derecha.

La investigación que siguió a esta intervención condujo a otros tres procesados que, supuestamente y junto a otros, se dedicaban a adquirir cocaína en Madrid para, después de mezclarla con otras sustancias, distribuirla al por menor. El fiscal explica que el contacto del grupo en la capital de España era un hombre de origen colombiano y apodado El Negro que no ha podido ser identificado.

Estos tres procesados, siempre según el relato del Ministerio público, no actuaban solos, sino que contaban con un extenso entramado de colaboradores, del que formaban parte amigos de confianza y familiares de cada uno de ellos.

El representante de Fiscalía informa de que, en febrero de 2009, el grupo tenía preparados 94.500 euros para la adquisición de tres kilogramos de cocaína, motivo por el que uno de los procesados requirió, supuestamente, a uno de sus colaboradores para que preparase un encuentro en Madrid con El Negro y para que negociase el precio a pagar por la droga, unas gestiones para las que el mencionado colaborador se desplazó a Madrid.

El dinero destinado a la compra había sido aportado en su totalidad por uno de los procesados -el fiscal no tiene constancia de otras aportaciones-, mientras que otro de los miembros del grupo era el encargado de custodiarlo en su vivienda. Otro de los acusados acudió supuestamente al domicilio donde estaba el dinero y, tras recogerlo a las 07.00 horas del 5 de marzo de 2009, viajó a Madrid en un vehículo propiedad de la madre de su esposa, una mujer que también está procesada y que, según el Ministerio público, no solo estaba enterada del motivo del viaje, sino que había contribuido a recaudar el dinero para comprar la droga.

El encuentro con El Negro o con algún emisario suyo se produjo supuestamente el 6 de marzo, solo un día después del viaje a Madrid. Tras completar el intercambio, el procesado que había acudido a la capital para negociar el precio y el que había llevado el dinero emprendieron juntos el viaje de regreso, aunque lo hicieron en dos vehículos: uno de ellos transportaba la cocaína y el otro ejercía de "lanzadera", es decir, le precedía para avisarle de los controles policiales que pudieran estar instalados en la vía.

La Guardia Civil estaba al corriente de esta operación y, alrededor de las 23.15 horas, les dieron el alto a los procesados en el término municipal de Culleredo, concretamente, en Vilaboa. Los agentes encontraron en el vehículo que transportaba la droga un total de 2.969 gramos de cocaína con una pureza del 82%, alijo que alcanzaría en el mercado un valor de 288.296 euros. A esta cantidad se suma la droga intervenida en los arrestos a colaboradores.