Andrés Fernández-Albalat Lois fue el creador, a mediados de los años sesenta, del concesionario de la Seat y del escaparate redondo y casi flotante que se convierte en su seña de identidad. La construcción años antes de la fábrica de la Coca-Cola le convirtió en el firme candidato a diseñar la sede coruñesa de la Seat. La empresa buscaba modernidad, eficacia y precisión constructiva para sus tres espacios diferenciados: venta de vehículos, servicio de asistencia técnica y almacén de repuestos. Una larga pasarela conecta estas secciones con un escaparate redondo y de cristal que mostraba a los conductores las novedades de la firma mientras circulaban por Alfonso Molina. El complejo está inspirado en el Crown Hall, que Mies van der Rohe había levantado casi una década antes. En 1963, dos años después de comenzar a construirlo, el proyecto de Fernández-Albalat estaba terminado.