El próximo año será el del inicio renacimiento de las murallas de A Coruña si finalmente se pone en práctica el plan director elaborado por el Ayuntamiento para estos restos históricos, a los que pretende devolver su aspecto primitivo mediante un profunda intervención que no solo adecentará los muros, sino que además garantizará su conservación mediante el uso de tecnología avanzada. Pese a que antes de que concluya 2012 ya se contará con el documento que marcará la senda de las actuaciones, estas no serán cuantiosas en 2013, ya que para ese año solo se prevé invertir 300.000 euros.

El objetivo del Gobierno local es recuperar una de las construcciones del patrimonio de la ciudad que han permanecido olvidadas durante los últimos años, ya que en algunos de sus tramos la maleza las oculta casi por completo y amenaza con causar la caída de fragmentos de roca, como han denunciado los vecinos de la Ciudad Vieja, cuya asociación reclama que la actuación municipal se acometa de forma urgente y que además cuente con todos los requisitos que exijan las autoridades autonómicas.

La aplicación del plan director tal como fue aprobado el pasado mes de junio implicaría notables cambios en todo el entorno de las murallas, ya que la pretensión de convertirlas en un atractivo turístico y en una zona de disfrute para los ciudadanos hará que el Ayuntamiento elimine las construcciones y objetos que perjudiquen su contemplación como algunas de las farolas del paseo marítimo, ya que los técnicos autores del plan director consideran que su número es excesivo, al igual que el de los postes del tendido eléctrico del tranvía.

Paseo peatonal

Otro de los cambios más notables que propone el plan es la transformación del paseo de la Dársena en una zona peatonal gracias a la apertura del túnel proyectado entre Puerta Real y el castillo de San Antón, aunque el proyecto prevé que los vecinos de la zona y las empresas que prestan servicios en la Ciudad Vieja puedan circular por ese vial. A continuación de ese punto se halla otro de los lugares que verán alterada su imagen tradicional, el jardín de Capitanía, para el que se plantea su apertura al público y la desaparición del edificio existente en el recinto, aunque en caso de que se conservase adquiriría una finalidad pública.

En la zona situada entre el complejo de La Solana y el castillo de San Antón, al pie del baluarte y jardín de San Carlos, el plan director establece la recuperación de parte del jardín de la sociedad recreativa con el fin de abrirlo a los coruñeses, para lo que se abriría una negociación. También en el entorno del hospital Abente y Lago se prevé la ampliación del espacio reservado a los peatones mediante la reordenación del tráfico, mientras que en la zona de A Maestranza se eliminarán las construcciones en desuso y se rehabilitará el edificio de estilo racionalista que actualmente se encuentra en estado de abandono. En ese inmueble, el Ayuntamiento proyecta instalar un centro dedicado a la investigación sobre las defensas coruñesas o un museo acerca de las mismas.

Pero el elemento más innovador que contiene el plan director es un ascensor que uniría los dos niveles de la muralla y que se situaría en las proximidades de la Fundación Luis Seoane, precisamente una de las áreas en las que hoy en día existe más vegetación sobre los muros. En tiempos de austeridad, el Gobierno local afirma que dedicará a esta iniciativa solo 50.000 euros, cálculo que efectúa teniendo en cuenta que los que pretende instalar en otros puntos de la ciudad para mejorar la movilidad costarán entre 20.000 y 30.000 euros, aunque los instalados en otras urbes con una finalidad semejante tuvieron un importe mucho más elevado.