"Matarlo fue una venganza muy fácil, muy dulce, diría yo. Hubiese preferido que fuese a la cárcel, que pagase. Morirse es algo muy fácil. Merecía sufrir por el daño que me había hecho", declaró ayer durante el juicio la menor de 16 años acusada de planear, junto a su madre, el asesinato del amante de 25 años que compartían.

La adolescente, cuya actuación en el caso es competencia de la Fiscalía de Menores, cambió su versión de los hechos y se autoinculpó para eximir de responsabilidad a su madre, que se enfrenta a una petición de veinte años de cárcel. Con un desparpajo inusual, la joven testificó que su progenitora, C.B., tenía "una relación abierta" con la víctima, a la que acusó de engañarla.

"Yo siempre le he querido pegar por lo que me hizo, siempre le tuve mucho rencor. Me engañó, me mintió, me dijo que me quería, que estaba enamorado de mí y que estaba con mi mamá porque era una tapadera para estar conmigo. Pero después supe que era mentira", aseveró la adolescente, quien sostuvo que acompañó al que era su novio, A.S., y al exmarido de su madre, A.R., durante la madrugada del 11 de enero de 2012 a la plaza de A Cubela para que acudiesen a una cita que ella había cerrado con Yonier. "Fueron a pegarle, no llevaban cuchillo, yo me quedé en el coche", subrayó, al tiempo que recalcó que su madre se quedó "en casa".

Los registros de llamadas, sin embargo, sitúan a C.B. en A Cubela. "El móvil de mi mamá me lo llevé yo porque no tenía saldo para llamar a Yonier", justificó la menor, a la que se le terminaron los argumentos cuando el abogado de la acusación, Manuel Ferreiro, le preguntó por qué, si carecía de saldo, hizo una llamada a Yonier desde su móvil casi al mismo tiempo que desde el terminal de su madre. "Eso es imposible", respondió. El listado telefónico facilitado a la policía, sin embargo, corrobora que se utilizaron los dos teléfonos desde A Cubela el día de los hechos.

Los mensajes en la red social Tuenti, los whatsapp y las conversaciones telefónicas recopiladas por los investigadores son concluyentes: la procesada y su hija llevaban días intentando dar un escarmiento al amante de ambas. Las dos admitieron que eran conscientes de que Yonier Alejando Arenas -que fue asesinado de madrugada en A Cubela el 11 de enero de 2012- mantenía relaciones con otras chicas. Los celos, según la mayoría de testigos que declararon ayer durante el juicio, las llevaron a planificar su venganza e, incluso, a contactar con conocidos para que las ayudasen a ejecutar su plan.

La adolescente reconoció haber enviado multitud de mensajes a su pareja y amigas que evidencian que su madre era la persona que urdía la trama. "Dele un golpe seco y mi mamá saldrá a botellazo limpio y con sus botas de punta de acero para golpearlo. El papá de mi hermano va a pegarle con usted, lo odia, lo detesta, lo quiere muerto", escribió la chica a su novio de 19 años, que es el presunto autor material del crimen. Durante la vista oral, el joven declaró que no se acuerda de nada porque estaba drogado.

La menor, sin embargo, volvió a exculpar a su madre y aseguró que hacía referencia a ella en los mensajes para que la obedeciesen. "Les decía así porque a mí no me hacían caso", señaló. Además, aceptó haber contado a través de Tuenti a una amiga que su madre y ella pensaban echarle "algo" en la comida o bebida a la víctima para después llevarla a un parque, darle una paliza y dejarla allí desnuda.

Las conspiraciones se materializaron, según las acusaciones, cuando C.B., una militar de 30 años que ejercía en Ferrol, se llenó de ira tras descubrir a través de unos mensajes que su amante también mantenía relaciones con su hija, que en ese momento tenía 15 años. El fiscal y la acusación particular sostienen que la procesada convenció al novio de la menor y a su exmarido, con el que estaba retomando la relación, para que acuchillasen a su amante. Ambos, junto con la imputada y la adolescente, se dirigieron a A Cubela y ejecutaron, según la Fiscalía, el plan que habían ideado para asesinar a Yonier.

Una de las mujeres con las que salía la víctima contó ayer que C.B. le envió una fotografía por correo de Yonier en el ataúd con el texto: "si no es para mí, para ti tampoco". El primo que residía con el fallecido testificó que C.B. lo "agobiaba" y que tenía orden de no abrirle la puerta. Además, afirmó que estaba pensando en regresar a Colombia debido al acoso que sufría de la procesada, que se hizo con sus claves de Facebook para intimidar a sus otras amantes. Esta versión fue corroborada por el marido de la prima de Yonier y por su compañera de piso, quienes sostuvieron que C.B. también intentó cobrar el seguro de vida de la víctima.

El exesposo de la presunta inductora, que se enfrenta a una petición de 18 años de cárcel, al igual que el autor material, negó haber estado en A Cubela. El sospechoso, al que acusan los otros tres procesados, declaró que cuando sucedió el crimen dormía en su casa.