La mujer de 31 años que reconoció que prendió fuego a su casa de O Burgo en febrero de 2011 se sentará mañana en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña. La Fiscalía reclama que sea condenada a 14 años de cárcel por cometer un delito de incendio y a abonar a los propietarios de los pisos que sufrieron desperfectos y que emprendieron acciones legales contra ella una indemnización de 45.200 euros.

La sospechosa admitió durante la fase de instrucción de los hechos, según fuentes cercanas al caso, haber originado las llamas a propósito tras regresar del despacho de la abogada de su marido, que le había pedido el divorcio.

El representante del Ministerio público relata en su informe que la procesada utilizó un mechero y un líquido disolvente para incendiar el sofá del salón de la casa, que es propiedad de su esposo. Los daños que causó en el piso en que residía fueron tasados pericialmente en 39.000 euros. Las llamas se propagaron rápidamente, tanto en el interior de la vivienda como por el resto del edificio.

Durante el transcurso de la combustión se quedaron atrapadas en el inmueble una menor y la mujer que estaba a su cargo. El padre de la niña, que se encontraba en las inmediaciones del bloque, trató de alcanzar el piso en el que estaba su hija, pero se desvaneció entre el tercer y cuarto piso como consecuencia del humo y del calor.

Las dos víctimas lograron salir por una ventana de la casa con la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Arteixo y Betanzos. El padre de la menor fue rescatado en "estado inconsciente", según la Fiscalía, por miembros de Protección Civil. El hombre fue trasladado al servicio de urgencias del hospital, donde permaneció ingresado seis días. Para su curación necesitó un total de 90 días, durante los cuales estuvo incapacitado para realizar sus tareas habituales. Como secuela le quedó una restricción leve de la función respiratoria.

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil desde el inicio sospecharon que el incendio había sido provocado, ya que hallaron productos químicos inflamables en el salón del segundo piso del portal 1C de la avenida Ribados, donde residía la acusada. Algunos vecinos declararon que la mujer había protagonizado algunos incidentes en la comunidad, por lo que las investigaciones se centraron en ella. La procesada confesó los hechos en cuanto fue interrogada por los agentes, por lo que pasó a disposición del juzgado que ese día ejercía las funciones de guardia en A Coruña.

La magistrada decretó su ingreso en prisión provisional sin fianza basándose en que existía riesgo de fuga, ya que es de nacionalidad brasileña y su familia reside en Sudamérica.