Emilio Quesada Zato fue uno de los 8 concejales de Coalición Popular en la Corporación municipal, en la que resultó elegido en representación de Alianza Popular. La crisis desatada en 1984 por la disidencia de tres ediles del PSOE llevó a esta formación a respaldar a Francisco Vázquez, mientras que sus socios de coalición, Partido Demócrata Popular y Unión Liberal, decidieron mantenerse en la oposición.

-¿Cómo recuerda la llegada de Vázquez a la Alcaldía por primera vez?

-Llegó en olor de multitud y fue una victoria personal suya y no del partido por haberse puesto al frente de la reivindicación de la capitalidad para enfrentarse a Santiago y la Xunta. Si no lo hubiera hecho, el PSOE no habría ganado por mayoría absoluta.

-¿Por qué decidieron apoyar a un alcalde socialista cuando tres miembros de su partido rompieron la disciplina de grupo?

-En Alianza Popular entendimos que al no presentarse otro candidato a la Alcaldía, había que apoyar a Paco Vázquez porque estaba muy bien relacionado en Madrid, sobre todo con el grupo de Alfonso Guerra, porque era quien podía traer los dineros que la Xunta negaba al Ayuntamiento, en especial para el aeropuerto, que fue salvado por Paco y Guerra siendo ministro de Transportes Abel Caballero, que no estaba muy dispuesto a salvar a Alvedro. Aquello nos convenció de que podía ser un buen alcalde porque no era nada sectario, aunque nuestro partido se enfadó y nos dijo que había que derribarlo para que en el futuro hubiera un alcalde de AP.

-¿Qué relación mantuvieron con los socialistas a partir de ese momento?

-Formamos un contubernio y ocupamos puestos en la comisión de Gobierno y en algunas áreas. Convivimos muy bien hasta el final de la legislatura, en la que nuestro partido nos expulsó a todos.