La formación La Coruña Unida fue la gran sorpresa de las elecciones municipales de 1983. Encabezada por el hasta entonces alcalde en las filas de UCD, Joaquín López Menéndez, logró cinco concejales, uno de los cuales fue Álvaro Someso Salvadores, que alcanzó una gran popularidad por su vehemencia en la defensa de sus ideas.

-¿Cree que la mayoría absoluta de Vázquez era inevitable tras el triunfo arrollador de Felipe González en 1982?

-Hay que recordar que tuvo la mayoría por poco más de mil votos, porque nosotros estuvimos a punto de lograr el sexto concejal. También hay que destacar que quien movilizó a la ciudad por la capitalidad de Galicia fue Joaquín López Menéndez y que Paco se sumó posteriormente, para lo que se enfrentó a su propio partido, por lo que hay que reconocerle que fue coherente.

-¿Cómo vivió la escisión que sufrió el grupo socialista y el apoyo que recibió de AP?

-Dopeso se confundió aunque lo hizo con la mejor intención del mundo. Lo que más me dolió es que Pardo, Carreira y Arias, que eran gente capacitadísima, se quedaron marginados de la noche a la mañana por sus compañeros de grupo, no les dieron ni el pan ni la sal. Cuando Paco quedó en minoría nuestra propuesta fue que Joaquín fuera el alcalde en un gobierno de concentración.

-Usted tenía fama en la Corporación a causa de su fogosidad.

-Tuve enfrentamientos muy duros con el alcalde, una vez me intentaron desalojar del pleno y me pusieron una multa de 100 pesetas que recurrí y me retiraron. A la oposición nos trataban muy duramente. Con el plan general estuvimos el fin de semana durmiendo en el Ayuntamiento porque nos entregaron la documentación al límite para aprobar el proyecto el lunes y teníamos un local en el que literalmente no cabíamos.