Todo la esperanza está puesta en el Plan de Movilidad Urbano Sostenible (PMUS). Cuando el Ejecutivo municipal es inquerido las futuras decisiones de movilidad y los problemas de circulación de la ciudad remite a este documento, que sustituye uno encargado por el Gobierno anterior, que no quiso poner en marcha y volvió a licitar por medio millón de euros.

De ahí tiene que salir la peatonalización de la Ciudad Vieja, la culminación de la Vía Prioritaria Vigilada, sin cámaras en algunos de sus tramos, la búsqueda de nuevos aparcamientos o el diseño de la futura intermodalidad entre el tren, la alta velocidad, el autobús, la bicicleta y todo cuando medio de transporte quieran usar los coruñeses. En todo caso, hay promesas que quedan en el tintero y que dependen, además de ese plan de movilidad, de la relación con la Compañía de Tranvías y la concesión con la empresa, que expira todavía en 2023, que el Ejecutivo ha renunciado a revisar a cambio de sentarse a "negociar una serie de mejoras".

Así tendrá que hacerlo para poder cumplir con uno de sus compromisos estrellas durante la campaña de mayo de 2011: la tarifa plan mensual y el bono familiar que el Partido Popular avanzó que iba a implantar en el caso de salir elegido con mayoría suficiente para gobernar en el Concello coruñés.

El billete del bus ha aumentado, aunque el Ejecutivo defiende que por debajo de lo que marca el convenio firmado con la Compañía de Tranvías. Tampoco hay, como garantizaron, una disminución en los tiempos de espera de los transbordos y la supresión del carril bus ha aumentado las frecuencias en las líneas afectadas, especialmente en la 4. La disminución de pasajeros del bus urbano, también influida por la situación de crisis y el aumento del desempleo, ha crecido.

El Ejecutivo tampoco se ha puesto a modificar o aumentar las líneas de los autobuses, cambios que a sus antecesores le costaron bastantes disgustos en forma de contestación vecinal. En el programa electoral para varios barrios, el PP programaba una nueva línea de autobús, que uniría Os Rosales y la Universidad, que transcurriría por la ronda de Outeiro para conectar los polígonos de Pocomaco, A Grela y el campus universitario. Garantizó además que se mejoraría la frecuencia de la línea 20 (hospitales) y de las líneas 23 y 23A (Mesoiro y Feáns), además de poner marquesinas con información digital en tiempo real (las dos que había fueron desconectadas).