"Estoy convencido de que se agotará en cuanto se ponga a la venta", vaticinó con mala fortuna el entonces alcalde, Francisco Vázquez, el 26 de junio de 2003 sobre el suelo del polígono de Vío, una iniciativa que presentó aquel día en el Ayuntamiento y que 10 años más tarde permanece sin una sola empresa, pese a que el regidor estimó que en solo 30 meses se produciría la primera implantación. "Como no declaremos suelo industrial la plaza de María Pita, se me escapa dónde podemos hacer más", dijo Vázquez sobre este parque empresarial, al que definió como el "último" proyecto de este tipo que podría llevarse a cabo en el municipio, una vez más con escaso poder adivinatorio, ya que años más tarde se recalificarían terrenos muy cerca de Vío para crear el parque tecnológico de As Rañas.

Si en el terreno residencial el polígono de Someso es el mejor exponente en A Coruña de las consecuencias de la crisis económica, Vío lo es en el caso del suelo industrial, ya que cuando el polígono entraba en la recta final de su construcción dio comienzo la recesión que paralizó todos los proyectos de implantación de nuevas empresas en la comarca, lo que ha convertido asentamientos como este o el de Morás en auténticos desiertos industriales, en los que tan solo crece la hierba.

Todo parecía favorable para Vío cuando se dio a conocer su puesta en marcha, ya que sus 680.000 metros cuadrados supondrían en la práctica una prolongación del vecino polígono de Pocomaco, del que está separado por la vía férrea, mientras que está muy próximo al trazado de la tercera ronda y de la carretera de Arteixo y la autopista de Carballo.

En sus parcelas podrían asentarse empresas de carácter industrial y comercial, además de equipamientos de servicios como hoteles, por lo que se calculaba que daría empleo a más de 3.000 personas. Francisco Vázquez auguraba en 2003 que este polígono sería "más comercial que industrial", ya que incluso se preveía la posibilidad de que allí se instalasen grandes superficies de venta, opción que nunca llegó a materializarse.

En lugar de apostar por promover desde el Ayuntamiento esta actuación, el alcalde adjudicó la expropiación y la urbanización del polígono a una empresa, Promotora de Viviendas Urbanas, participada por José Collazo Mato, que calculaba invertir 62 millones de euros en esta operación, de los que 46,5 millones se destinarían a las obras necesarias para permitir la llegada de empresas, ya que fue necesaria una amplia explanación para adaptar el terreno, caracterizado por sus fuertes desniveles.

Pero los planes que preveían un desarrollo celérico de este proyecto chocaron con la realidad, ya que hubo que esperar a 2006 para que se aprobara el proyecto y en 2010 todavía no habían concluido los trabajos para la urbanización de las parcelas sin que nadie hubiese mostrado todavía interés por adquirirlas. Pese a todo, los socialistas, aún en el Gobierno municipal, ponían sus esperanzas en Vío como uno de los motores de la creación de empleo en la comarca, aunque sus deseos no se convirtieron en realidad.

El polígono contaba además con un inconveniente notable, puesto que a pesar de que se encuentra próximo a varias vías de comunicación, padece la falta de una conexión propia con su entorno, ya que en un primer momento el Ayuntamiento había optado porque la entrada de vehículos se efectuase a través de Pocomaco. Este planteamiento suscitó la enérgica protesta de los empresarios de ese parque, quienes temían que el tráfico se congestionase todavía más en sus viales, por lo que amenazaron con prohibir el paso por sus instalaciones, algo que podrían hacer porque son los propietarios de todo suelo del polígono.

El Gobierno local decidió finalmente construir un enlace independiente para Vío, para el que ahora acaba de aprobarse además una conexión con la tercera ronda, aunque el polígono sigue sin que nadie muestre interés por adquirir sus parcelas ante la baja actividad económica existente en el país.