La crisis y sus consecuencias, desde la pérdida de empleos y sueldos a la mayor dificultad para encontrar puestos de trabajo, cuando no empobrecen la vida cotidiana de los hogares sí los obligan a asumir numerosos sacrificios, entre ellos el de prescindir de gastos que antes se podían permitir y a los que ahora tienen que renunciar o a lo sumo deben limitar. Las familias coruñesas son las que más se apretaron el cinturón en Galicia entre 2008, cuando la crisis comenzó a manifestarse, y 2011. En ese periodo los hogares del Concello redujeron el consumo mensual en cinco de los ocho conceptos incluidos en los llamados gastos corrientes, además de ser en todo el año los que más ahorraron en salud y los terceros que menos gastaron en educación entre los siete grandes municipios de la comunidad.

Siga leyendo la noticia en Orbyt, o suscríbase a La Opinión de A Coruña y tenga acceso completo a todas nuestras noticias sin límites.