Las más de quince familias que todavía residen en los terrenos del parque ofimático volverán a salir a la calle mañana, a las dos de la tarde, para solicitar una solución al Gobierno local y es que sobre sus casas pesa una orden de desalojo. Los vecinos piden ser realojados en la zona y poder dejar atrás el lastre de haberse convertido en promotores forzosos de un polígono que no se corresponde con el proyecto inicial para los que sus bienes fueron expropiados.

Cuando se gestó el parque ofimático, el Ayuntamiento les aseguró a los vecinos que, en los terrenos que ocupan sus casas y sus frutales, se levantarían bloques de oficinas que supondrían un espaldarazo económico para la ciudad. Con el paso de los años -ya más de veinte- el proyecto se fue modificando, tanto, que de las oficinas no queda más que el nombre del parque y es que, esta parte de Elviña, se convertirá, según los planos, en una zona residencial.

Los afectados por esta situación tuvieron durante 2012 pancartas en la pasarela de Alfonso Molina reclamando una solución pero un día desaparecieron, así que, desde el pasado mes de junio y contando con el apoyo de la plataforma Stop Desahucios -y de los grupos de la oposición BNG y Esquerda Unida-Os Verdes- empezaron a manifestarse los viernes al mediodía desde el edificio Proa hasta el barrio de Elviña, acabando, en ocasiones, con una comida popular en As Galanas. Los vecinos se quejan de que las indemnizaciones recibidas por sus terrenos y sus casas no les llegan ni para pagar la primera cuota de urbanización, por lo que han tenido que pedir préstamos a sus bancos. Este abono, que ellos hicieron cuando se les solicitó, no fue satisfecho en el mismo plazo, sin embargo, ni por la Xunta ni por los promotores.

El acuerdo de expropiación les concede tierras para edificar sus nuevas viviendas, pero los vecinos dudan que puedan construirlas en esta época de crisis económica y con las condiciones que se les imponen. El Gobierno local prometió ofrecer soluciones personalizadas para cada familia aceptada.