El traslado de Repsol desde los muelles urbanos de San Diego al puerto exterior de punta Langosteira tuvo ayer su pistoletazo de salida con la firma del convenio que establece el comienzo de la actividad de la compañía petrolera en las instalaciones portuarias de Arteixo. Repsol recibirá por abandonar parte de los terrenos en los que empezó a operar en 1964 una compensación de 23,9 millones de euros que el Puerto abonará en 15 años en partidas anuales variables, una cantidad diez veces menor que los 250 millones que exigía a la Autoridad Portuaria al inicio de las negociaciones en 2007 y que a finales del año pasado ya había rebajado a 120 millones.

El presidente del Puerto, Enrique Losada -y el Ministerio de Fomento más tarde- facilitó el dato del importe en el acto de la firma, así como el plazo máximo de 54 meses que durarán las operaciones de traslado de los tráficos de petróleo crudo, coque y azufre -el 60% de su actividad en el puerto interior-, informaciones que omitió la multinacional en su comunicado de prensa, en el que apunta que los plazos y la cuantía definitiva "vendrán determinados por el estudio de ingeniería de detalle". La petrolera invertirá 124,6 millones de euros, cantidad de la que sí informa en su nota.

Con la previsión inicial de que el 14 de abril de 2018 esté ya operativa la terminal de Repsol Petróleo en punta Langosteira -o "en una fecha anterior" si lo permiten los trámites y las obras, matizó Losada-, la Autoridad Portuaria y la compañía quedan ligadas por un compromiso por el cual la petrolera dispondrá de una parcela de suelo de 30.000 metros cuadrados, además de 15.000 que ocuparán la canalización de las tuberías y otros 20.000 de lámina de agua. El acuerdo recoge una posible futura ampliación de las instalaciones de hasta 285.000 metros cuadrados adicionales.

Repsol tiene que entregar antes del próximo 15 de febrero la solicitud de concesión en el puerto exterior, que se otorgará por 35 años con la posibilidad de prorrogarse 17 años. Durante los 54 meses siguientes tendrá que tramitar autorizaciones y permisos, desarrollar la ingeniería necesaria y construir instalaciones precisas para empezar a operar en su nueva ubicación, comentó Losada, entre ellas un pantalán para la descarga de graneles líquidos y un nuevo oleoducto.

Puerto y Repsol no aportaron información detallada en un acto en el que intervinieron la ministra de Fomento, Ana Pastor; el presidente del Repsol, Antonio Brufau; la conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana; y los alcaldes de A Coruña, Carlos Negreira, y Arteixo, Carlos Calvelo. Tras una hora de discursos y mutuos agradecimientos no se permitió a los periodistas hacer preguntas. El Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia y la Asociación de la Prensa de A Coruña condenaron, en sendos comunicados, que en la firma de "uno de los principales convenios económicos de A Coruña", según el Colexio, se impidiera formular cuestiones a los periodistas.

Así, quedaron sin aclarar los plazos para el desarrollo de las fases siguientes con operaciones que no se refieren al tráfico de petróleo crudo y sólidos o futuras actuaciones como la conexión ferroviaria a punta Langosteira o la construcción del oleoducto por el que el crudo será conducido bajo tierra desde el puerto exterior hasta la refinería.

Los cargos, autoridades y responsables empresariales presentes se encargaron de resaltar la relevancia del acuerdo, del que destacaron la "dificultad" de la negociación y tras el que enfatizaron la "colaboración entre todas las partes". "El acuerdo significa estabilidad para las instalaciones de una gran empresa y demuestra que las instituciones públicas y las empresas tienen que trabajar de forma conjunta para preservar el medio ambiente", manifestó la ministra de Fomento para dar continuidad al alcalde, quien calificó como "medioambiental" el proyecto del puerto exterior.

Pastor aludió a dos consecuencias que derivan del traslado de Repsol a punta Langosteira, el fin de la conducción subterránea de crudo a través de los barrios de la ciudad y el espacio ganado en los muelles de San Diego para "remodelar" la ciudad, aunque no aportó detalles sobre estas futuras operaciones.

Antonio Brufau, presidente de Repsol, proclamó el deseo de que este convenio con el Puerto revitalice la actividad económica en la comarca y en la comunidad: "El puerto exterior debe ser una plataforma para el desarrollo industrial de Galicia, por lo que esperamos que esta inversión tenga un efecto llamada para otras industrias que impulsen la economía local".

Negreira y Calvelo coincidieron al augurar la creación de empleo como uno de los frutos del traslado de la refinería al puerto exterior. "Repsol dará pasos mayores en su compromiso con la ciudad", prevé el regidor coruñés.